Los astronautas construirán casas lunares con su sangre y orina
Pensar fuera de la caja siempre ha sido un punto
fuerte de la exploración espacial. Ya sea tomando una foto de la Tierra en un
rayo de sol o intentando hacer aterrizar un cohete en un barco flotante, probar
cosas nuevas ha sido un tema continuo para aquellos interesados en aprender más
sobre el universo. Ahora, un equipo de la universidad de manchester ha ideado
una solución innovadora que podría ayudar a resolver el problema de la
construcción de infraestructura en el espacio: utilizar a los propios
astronautas como biorreactores para crear los bloques de construcción de las
primeras colonias.
El concreto se usa típicamente como parte de esos
bloques de construcción básicos aquí en la Tierra. Pero su creación requiere
una gran cantidad de infraestructura y consumo de energía que lo haría
prohibitivamente costoso para el alojamiento de los primeros exploradores
marcianos. Los investigadores han encontrado varias soluciones potenciales para
este problema, pero cada una tiene algunas desventajas.
La nueva técnica tiene algunas desventajas, una de
las cuales son los sacrificios que exigiría a los astronautas. El nuevo
material literalmente requeriría su sangre, sudor, lágrimas y, a veces, su
orina para hacer un material de construcción práctico.
Los aglutinantes son un elemento crucial de
cualquier material de construcción: lo que lo mantiene unido. En este nuevo
material, la respuesta es simple: albúmina sérica humana, un tipo de plasma
sanguíneo. Llamado «AstroCrete», el nuevo material combina albúmina de suero
humano mezclada con regolito marciano que tiene una resistencia a la compresión
similar al hormigón estándar en la Tierra.
Sin embargo, simplemente igualar la resistencia
típica del concreto no es suficiente cuando hay otro agente mejorador al
alcance de la mano. La urea, un químico comúnmente utilizado en varios procesos
industriales, se puede agregar al material para aumentar su resistencia a la
compresión en un 300 %, creando un material mucho más resistente que el
concreto típico. La urea también está disponible en las lágrimas humanas, el
sudor y, sí, la orina.
El Dr. Aled Roberts, uno de los autores de un nuevo
artículo sobre el tema, sugiere que una tripulación de seis biorreactores
(erhm… astronautas) podría producir suficiente material aglutinante para crear
500 kg de AstroCrete durante una misión de dos años. Si bien no es suficiente
para construir un hábitat por sí solo, este material de alta resistencia podría
ser útil en aplicaciones especializadas, como soportes de torres.
Si se pregunta de qué parte del mundo surgió esta
idea en primer lugar, la historia es en realidad la respuesta. La sangre animal
se usó en morteros primitivos en la época medieval, y el concepto funciona
incluso si ese animal resulta ser un humano altamente entrenado que explora
otro planeta o, si se piensa fuera de la caja, un biorreactor andante.
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