Luces de terremoto, la alerta terrestre para avisar de un gran seísmo

 

Las luces de terremoto (EQL, del inglés Earth Quake Light) corresponden a un inusual fenómeno aéreo luminoso, similar en apariencia a una aurora boreal, que aparece en el cielo por encima o cerca de áreas donde hay estrés tectónico, actividad sísmica o erupciones volcánicas. Son especialmente visibles en la noche. Aunque existen varias hipótesis que tratan de explicar este fenómeno, entre ellas la triboluminiscencia y la teoría de Friedemann Freund, aún no hay una interpretación totalmente convincente que explique este fenómeno.

Las luces son más evidentes durante un terremoto, aunque existen reportes de luces que aparecieron después o incluso antes, como las que se registraron en muchas localidades españolas en horas previas al gran terremoto de 1755, terremoto de Tangshan de 1976. Generalmente tienen formas similares a las de una aurora y son de tonalidades entre blanco y azul, pero ocasionalmente se han reportado con un mayor espectro de color. La luminosidad suele ser visible durante varios segundos, pero ha habido casos en los que duran decenas de minutos como durante el gran terremoto de México de 7 de septiembre de 2017 así como en el Terremoto de México de 2021 en la misma fecha del año 2021, en el terremoto de L'Aquila en Italia en 2009, en Honduras en 2009, en el terremoto del centro-sur de Chile en 2010, en el terremoto de Ecuador de 2016 y en el terremoto de Japón de 2011, también científicos peruanos estudiaron este fenómeno durante el terremoto de 2007.

También ha habido casos en los que las ondas electromagnéticas causadas por un terremoto interfirieron con las transmisiones de ondas de radio, como durante el terremoto de Valdivia de 1960.

Según investigadores de la Universidad Rutgers de los Estados Unidos, estos destellos lumínicos se producen debido a que los deslizamientos del suelo cerca de las fallas geológicas de la Tierra podrían generar una carga eléctrica.

Si bien las rocas son aislantes, se ha demostrado en experimentos de laboratorio que éstas son buenas conductoras de electricidad en su superficie. Este fenómeno fue descubierto por el físico mineralogista Friedemann Freund. Él se dio cuenta de que los granos minerales en las rocas están llenos de imperfecciones, pues presentan átomos de oxígeno en estados imperfectamente ionizados, con lo cual se formaron los llamados huecos de electrón, los cuales llevan una carga similar a la de un electrón, pero opuesta, es decir, no negativa, sino positiva.

En pruebas de laboratorio se comprobó que en las rocas al aire libre, los huecos-p tienden a moverse y a fijarse en la superficie de éstas, con lo que se genera conductividad. Ante la presencia de un esfuerzo, los huecos de electrón se activan y pueden moverse a través de algunos tipos de rocas (ígneas y metamórficas).

Durante un terremoto, se puede liberar en la corteza una nube de hoyos-p, debido al esfuerzo sísmico, los cuales ascienden a través de las rocas y se manifiestan surgiendo de la tierra como plasma en estado sólido, cuyos efectos incluyen luces de terremoto, emisiones infrarrojas detectadas del espacio, ruido de ondas de radio, perturbaciones en la alta atmósfera, e incluso un comportamiento extraño en los animales.

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