Descubren hormigas que rescatan y cuidan a sus compañeras heridas
Esta noticia es increíble. La ha publicado Mary
WildBehav en su perfil de Twitter @wildbehav y no puedo sino recogerla en este
blog donde tanto nos gustan los insectos.
Resulta que existe una especie de hormiga en el
África subsahariana, la matabele africana (Megaponera analis) que rescata del
campo de batalla a sus belicosas compañeras heridas. Pero cuando el daño
recibido es muy grave, son las propias que agonizan las que rechazan la ayuda
médica y prefieren morir antes que dar trabajo inútil a sus preocupadas
hermanas.
Pensarás que es una típica noticia falsa, pero qué
va. Es un estudio científico que puedes consultar en este enlace, aunque hay
que advertir que se trata todavía de un preprint, una versión anterior a la
revisión por pares, quienes certificarán o no su publicación. Te lo resumo a
continuación.
La Megaponera
analis no es una hormiga cualquiera. Para empezar las hay de todos los tamaños,
dependiendo de sus castas. A pesar de ser la misma especie y vivir en el mismo
hormiguero, las hay muy pequeñas, de unos 5 milímetros, y las hay de 18
milímetros, tres veces más grandes.
Otra peculiaridad es que ésta hormiga no se nos va a
comer la tortilla en el campo. Es una especie carnívora. Y se alimenta
exclusivamente de termitas.
Las atacan en grupo, como si fuera un gran ejército,
cazándolas en sus termiteros en breves pero intensos ataques. Están tan
especializadas que suelen atacar al amanecer o al atardecer, cuando más
confiadas se encuentran en el termitero.
Si el asalto ha tenido éxito, los ejemplares más grandes
recogen las capturas con sus mandíbulas, hasta 8 y 10 presas a la vez, y se las
llevan de vuelta al hormiguero.
El asalto no es nada fácil. Las termitas se
defienden con fiereza, matando e hiriendo a muchas de las atacantes. Hasta ahí
todo es más o menos normal, tan duro como la vida misma.
Pero primera sorpresa. Las hormigas heridas leves
permanecen tranquilas y liberan feromonas para avisar al resto de que están
preparadas para el traslado al hormiguero, donde serán curadas en improvisados
hospitales de campaña.
Sin embargo, las hormigas que han quedado más
gravemente heridas son conscientes de su cercano final y tienen un
comportamiento solidario asombroso. Como si fuera una película bélica, cuando
la hormiga enfermero se acerca a la agonizante compañera para tratar de
trasladarla al hospital, ésta se remueve frenéticamente e impide el traslado.
Algo así como: «dejadme morir, llevad a otras que estén mejor que yo».
Pero aún queda lo más increíble. Cuando las heridas
leves son llevadas al hormiguero, sus compañeras les curan las heridas. ¿Qué
cómo lo hacen? Untándolas con una variedad de compuestos antimicrobianos y
proteínas que secretan de una glándula llamada metapleural. Gracias a ello
evitan posibles infecciones. De esta forma, y como ha demostrado el citado
estudio, reducen la mortalidad en un 90 %.
Y ojo, que no medican al tun tun. Los análisis
químicos mostraron que la infección de la herida está asociada con cambios
específicos en el perfil de hidrocarburos en el exoesqueleto de la enferma. Probablemente
esta peculiaridad permita a las hormigas enfermeras diagnosticar el estado de
infección de las heridas y aplicar (con la boca) el tratamiento antimicrobiano
adecuado.
Además de maravillarnos, este estudio demostraría
que el uso específico de antimicrobianos para tratar heridas infectadas no es
un comportamiento exclusivamente humano, pues también habría evolucionado en
las sociedades de insectos.
—
Artículo citado:
Infection signaling and antimicrobial wound care in
an ant society
Erik. T. Frank, Lucie Kesner, Joanito Liberti,
Quentin Helleu, Adria C. LeBoeuf, Andrei Dascalu, Fumika Azuma, Evan P.
Economo, Patrice Waridel, Philipp Engel, Thomas Schmitt, Laurent Keller.
Biorxiv preprint.
doi: https://doi.org/10.1101/2022.04.26.489514
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