Los peces nadan mirando hacia abajo para estabilizarse

 

   Los peces miran hacia abajo cuando nadan, igual que las personas pueden hacerlo cuando caminan, según ha confirmado una colaboración internacional dirigida por la Universidad Northwestern.

   El estudio es el primero en combinar simulaciones del cerebro del pez cebra, el entorno nativo y el comportamiento de natación que varía espacialmente en un modelo computacional. Al analizar este modelo, los investigadores concluyeron que esta peculiaridad (mirar hacia abajo mientras nada hacia adelante) es un comportamiento adaptativo que evolucionó para ayudar a los peces a autoestabilizarse, como cuando nadan contra una corriente.

   A medida que el agua se mueve, los peces intentan constantemente autoestabilizarse para permanecer en su lugar, en lugar de ser arrastrados por una corriente en movimiento. Centrarse en otros peces, plantas o desechos puede darle al pez una falsa sensación de que se está moviendo. Sin embargo, el lecho estable del río debajo de ellos brinda a los peces información más confiable sobre la dirección y la velocidad de su nado.

 "Es similar a sentarse en un vagón de tren que no se mueve. Si el tren al lado del suyo comienza a alejarse de la estación, puede engañarlo y hacerle creer que también se está moviendo", dijo en un comunicado Emma Alexander, profesora asistente de informática en la Escuela de Ingeniería de Northwestern, quien dirigió el estudio.

"La señal visual del otro tren es tan fuerte que anula el hecho de que todos tus otros sentidos te dicen que estás quieto. Ese es exactamente el mismo fenómeno que estamos estudiando en los peces. Hay muchas señales de movimiento engañosas arriba, pero las señales más abundantes y confiables son del fondo del río".

   El estudio se publica en la revista Current Biology.

   Para realizar la investigación, Alexander y sus colaboradores se centraron en el pez cebra, un organismo modelo bien estudiado. Pero, aunque muchos laboratorios tienen tanques llenos de peces cebra, el equipo quería centrarse en el entorno nativo del pez en la India.

   "Recientemente se descubrió que los peces responden al movimiento por debajo de ellos con más fuerza que al movimiento por encima de ellos. Queríamos profundizar en ese misterio y entender por qué", explicó Alexander. "Muchos peces cebra que estudiamos crecen en tanques de laboratorio, pero sus hábitats nativos dieron forma a la evolución de sus cerebros y comportamientos, por lo que necesitábamos volver a la fuente para investigar el contexto en el que se desarrolló el organismo".

   Armado con equipo de cámara, el equipo visitó siete sitios en India para recopilar datos de video de ríos poco profundos, donde el pez cebra vive naturalmente. El equipo de campo encerró una cámara de 360 grados dentro de un estuche de buceo a prueba de agua y la conectó a un brazo robótico controlado de forma remota. Luego, usaron el brazo robótico para sumergir la cámara en el agua y moverla.

   "Nos permitió poner nuestros ojos donde estarían los ojos de los peces, por lo que es ver lo que ven los peces", dijo Alexander. "A partir de los datos del video, pudimos modelar escenarios hipotéticos en los que un pez simulado se movía arbitrariamente a través de un entorno realista".

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