Descubren los fósiles de una criatura prehistórica desconocida que precedió a los dinosaurios
Los fósiles más famosos de la explosión de vida
animal del Cámbrico, que ocurrió hace más de quinientos millones de años,
contrastan marcadamente con sus contrapartes modernas. En aquel momento, es
como si la evolución hubiera experimentado su particular explosión primaveral:
imposible no recordar a “Utaurora comosa”, también conocido como “Opabinia”;
una criatura extrañísima que poseía cinco ojos, una boca orientada hacia atrás
y una trompa larga. Y cómo no citar a otro temible depredador, Anomalocaris,
con aspecto de escorpión marino pero con unos apéndices armados con espinas que
habrían causado pavor a sus presas.
Forman parte de uno de los filos animales más
grandes e importantes, los artrópodos (un grupo que incluye a los cangrejos,
arañas y milpiés modernos). Ahora, los científicos acaban de desenterrar dos
fósiles de extrañas criaturas oceánicas que vivieron hace unos 460 millones de
años y que no se parecen a ningún animal vivo en la actualidad.
Y además..."Cuando comenzó el confinamiento,
pensé en hacer un viaje más para recolectar algunas esponjas antes de
finalmente escribirlas", dijo Joseph Botting, coautor del estudio.
"Por supuesto, ese fue el día en que encontré algo que sacaba sus
tentáculos de un tubo". "Este es el tipo de cosas con las que sueñan
los paleontólogos, la preservación de cuerpos verdaderamente blandos",
dijo Lucy Muir, también coautora de la investigación que recoge la revista
Nature Communications. "No dormimos bien esa noche".
Los fósiles, que fueron excavados en una cantera
galesa en un terreno privado, aportan una visión excepcionalmente bien
conservada de estos pequeños y raros bichos y ofrecen pistas sobre el mundo
desaparecido que habitaron durante el período Ordovícico (hace 485,4 millones a
443,8 millones de años).
Respecto a las criaturas, el espécimen más grande
medía 13 mm, mientras que el más pequeño medía unos minúsculos 3 mm (a modo de
comparación, los especímenes de Opabinia pueden ser 20 veces más largos).
Mieridduryn bonniae, como así ha sido bautizada la nueva y curiosa especie,
tiene una trompa larga. El nombre del género proviene de las palabras galesas
para "zarza" y "hocico", en referencia a las espinas
espinosas que recubren su nariz en forma de manguera, mientras que el nombre de
la especie proviene de "Bonnie", la sobrina de los dueños de la
cantera.
Los nuevos especímenes son los primeros animales
parecidos a Opabinia que se encuentran en Europa, informaron los investigadores
en el estudio. Pero si bien los dos fósiles se parecen un poco a Opabinia,
existen algunas diferencias clave.
Los autores describen el nuevo taxón, Mieridduryn
boniae, con el espécimen más grande designado como holotipo. El estado del
espécimen más pequeño quedó abierto, reflejando estas diferentes posibilidades.
"El tamaño del espécimen más pequeño es comparable al de algunas larvas de
artrópodos modernos; tuvimos que tener en cuenta esta posibilidad en nuestros
análisis", expusieron los autores.
A la espera de las conclusiones definitivas, estos
fósiles son una nueva pieza importante en el rompecabezas evolutivo de los
artrópodos.
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