"La estrella de Belén no tiene explicación astronómica", asegura un científico alemán
Gerhard
Börner, astrofísico de Múnich, encuentra poco convincentes las explicaciones
astronómicas para explicar la aparición de la estrella de Belén en el relato
bíblico de Navidad. "En los años que rodearon el nacimiento de Jesús no
hubo cometa brillante, ni supernova, es decir, una estrella recién
iluminada", dijo el exprofesor del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre
de la Universidad Ludwig Maximilian. Los dos planetas Saturno y Júpiter
"se acercaron mucho varias veces", pero "aun así se podían ver
como dos objetos separados en el firmamento". Los evangelios de la Biblia
probablemente hacían referencia a la estrella como un símbolo, agregó el
científico.
Börner
es científico y protestante y, según sus propias palabras, reflexiona mucho
sobre cuestiones de fe. La fe y la ciencia no deben mezclarse, dijo. Pero no
hay "ningún problema con ser científico y creer en algo". La doctrina
bíblica de la creación no contradice ningún conocimiento científico
"siempre y cuando no se le tome al pie de la letra". Algunas nuevas
ideas sobre el cosmos aumentaron su asombro por el mundo y, por lo tanto,
respaldaron su creencia.
Börner
describe sus creencias personales de la siguiente manera: "Creo que los
eventos mundiales no carecen de sentido, sino que hay un plan detrás de ellos,
el cual no vemos. Creo que es muy razonable creer en un principio cosmológico
que afecta al mundo y que de alguna manera se ramifica en estructuras cada vez
más complejas. Para mí, sin embargo, Dios no es omnisciente desde el principio,
sino que se ha desarrollado con el mundo. Dios aprende a través de nosotros
cómo es el mundo. Somos, por así decirlo, sus órganos sensoriales".
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