Los castores invaden el Ártico
A medida que la tundra ártica se calienta por el
cambio climático, crecen plantas leñosas a lo largo de sus ríos y arroyos,
creando hábitats perfectos para los castores.
Cuando estos peludos roedores se adentran en las
rutas fluviables, se sienten como en casa y comienzan a masticar y acarrear
madera para construir presas y obstruir los rápidos ríos y arroyos, creando
enormes estanques.
En un estudio publicado en la revista Scientific
Reports, un grupo de investigadores alertó sobre lo rápido que el Ártico está
sucumbiendo al cambio climático – y cómo la población de castores está
acelerando los efectos.
Estos cambios son tan repentinos y drásticos que son
claramente visibles desde el espacio.
Lo que antes era una delgada línea de agua que
atravesaba la tundra se ha convertido en un línea de estanques de castores: “No
hay muchos otros animales que dejen una huella que se pueda ver desde el
espacio”, explica a la revista Business Insider Ken Tape, ecólogista de la Universidad
de Alaska Fairbanks.
Tape y su equipo evaluaron fotos aéreas de
principios de los años 50 y no encontraron indicios de la presencia de castores
en la tundra ártica de Alaska.
Fue en las imágenes de 1980 que comenzaron a
encontrar indicios. En las imágenes de las décadas de 2000 y 2010, los estanques
de castores ya se duplicaron.
En total, los satélites revelan que han aparecido
más de 11.000 estanques de castores en toda la tundra. “Todo el oeste de Alaska
está ahora densamente poblado de estanques de castores”, afirma Tape.
Esto coincide con lo que han observado los indígenas
de la zona. Es especialmente evidente sobre el terreno en pueblos como
Kotzebue, donde hace 20 años no había castores y ahora están por todas partes,
dijo Tape.
Los estanques de castores son oasis cálidos en la
tundra, ya que el agua quieta y profunda retiene más calor que los caudalosos
ríos que antes la atravesaban. Tape espera que estas zonas de estanques
empiecen a parecerse más al bosque boreal que a la tundra.
Aunque todavía queda por estudiar más a fondo el
efecto de estos nuevos ecosistemas, uno de los aspectos claramente negativos de
este desarrollo es el deshielo del permafrost, capas de suelo que normalmente
permanecen congeladas todo el año.
El permafrost cubre aproximadamente una cuarta parte
del hemisferio norte, incluido casi el 85% de Alaska. Al aumentar la
temperatura, el permafrost se descongela y libera a la atmósfera los gases de
efecto invernadero dióxido de carbono y metano.
.
Comentarios
Publicar un comentario