Un nuevo estudio revela que destruir un asteroide no era tan fácil como parecía

 

Desde hace muchos años viene hablándose sobre la posibilidad de que un meteorito pueda impactar, nuevamente, contra la Tierra. ¿Está la humanidad en peligro? En el mundo del cien se ha podido comprobar cómo la proyección de películas no ha parado de mostrar este tipo de contenidos. Al fin y al cabo, es lógico pensar que tenga una gran expectación, ya que se trata de un evento que podría destruir la vida tal y como la hemos conocido. Aun así, ¿estamos ante una catástrofe que podría ser evitada?

La película 'No mires arriba' permite entender cómo no sería nada sencillo bombardear un asteroide que se dirige directamente frente a nosotros. Es importante tener en cuenta que estamos ante una masa rocosa que puede medir cientos de metros o, incluso, algún que otro kilómetro, y que se mueve a unas velocidades increíblemente altas. El uso de armas nucleares podría tener sentido, pero no haría más que desprender unas pocas porciones de su masa principal. Ahora, un nuevo estudio realizado sugiere que no será nada sencillo acabar con ello.

Veamos, por tanto, cuáles son las claves que permiten entender esta suposición, por qué nos encontramos ante un problema frente al que no tendríamos una solución preparada con la suficiente anterioridad y, por supuesto, hasta qué punto han podido realizarse las pruebas suficientes como para anticipar la dificultad de llevar a cabo una operación de estas características. Dejando a un lado la diferencia existente entre un asteroide, un meteorito y un cometa, he aquí las claves sobre por qué no resulta sencillo apostar por esta estrategia.

El problema que generan determinados asteroides debido a su propia composición

A lo largo de los años hemos podido comprobar cómo los asteroides vagan por el espacio siguiendo una órbita establecida. Ahora bien, ¿y si se cruzasen con la Tierra en su trayectoria? Pronto se activarían misiles de todo tipo para intentar acabar con la masa rocosa. El problema, de acuerdo con el estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, es que hay determinadas unidades que no disponen de un núcleo compacto en el interior, sino que únicamente disponen de bolsas de aire. Esto puede dejar sin efecto los bombardeos.

Para poder llevar a cabo el estudio se ha recurrido al análisis de Itokawa, uno de los asteroides más seguidos de la historia. La realización de una investigación sobre su composición ha podido determinar cómo nos encontramos ante un conjunto rocos que puede plantear serias dudas. Está catalogado como una unidad con elementos porosos, los cuales podrían canalizar mejor las explosiones tenidas lugar sobre su superficie. Este descubrimiento tuvo lugar tras el estudio pormenorizado de su composición gracias a la misión Hayabusa 1 de la Agencia Espacial Japonesa.

Esto hace que el empleo de armas mortíferas puede que no sea suficiente para acabar con un asteroide de increíbles dimensiones. Deberían realizarse otras muchas pruebas antes de determinar cuál es la mejor herramienta de que dispone el ser humano para poder llevar a cabo una estrategia determinada. Afortunadamente, en la actualidad disponemos de toda una variedad de tecnologías que permiten conocen con la suficiente anterioridad la presencia de cualquier cuerpo celeste que comparta trayectoria con nuestro Planeta.

Cabe recordar cómo hace tan solo unos meses tuvo lugar el primer gran ejercicio para desviar de su propia trayectoria un asteroide. Denominada en el seno de la NASA como DART, el plan consistía, básicamente, en determinar cómo era posible cambiar la dirección a la que se dirigía un asteroide con el impacto de una nave espacial que ya había finalizado su función principal. Se ha podido comprobar cómo sí se ha producido una pequeña desviación, lo cual puede ser importante a la hora de llevar a cabo más proyectos de esta clase en el futuro.

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