De lejos parecía una galaxia, pero resultó ser un enorme agujero negro. Y está apuntando a la Tierra
Como si de una indescriptible máquina creadora de
materia cósmica se tratase, recientemente se ha descubierto una galaxia que en
realidad ha resultado ser algo completamente diferente a lo que los científicos
pensaban. El Sistema Solar se encuentra dentro de una galaxia espiral
denominada Vía Láctea, muy diferente de la que te mostraremos en esta ocasión,
dado que estamos hablando en realidad de un agujero negro que nos mira
fijamente desde la distancia.
Un grupo de científicos, liderado por la astrónoma
española Lorena Hernández-García, ha publicado una investigación en la revista
Monthly Notices of the Royal Astronomical Society en la que se asegura que la
galaxia PBC J2333.9-2343, anteriormente denominada como radiogalaxia, han sido
reclasificada como un blazar. Este concepto se refiere a una fuente de energía
muy compacta y altamente variable, asociada a un agujero negro. Y es que los
detalles de la noticia son realmente interesantes.
Lo que antes se creía que era una galaxia de gran
tamaño, ahora parece ser un enorme agujero negro que ha girado en un ángulo de
90º para mirar de frente a nuestro minúsculo planeta. Y es que los denominados
núcleos galácticos activos parecen ser agujeros negros que se encuentran en el
núcleo de las galaxias y que según ingieren materia, van liberando torrentes
relativistas, que son, en realidad, partículas de alta energía. La galaxia PBC
J2333.9-2343 tiene un tamaño de cuatro millones de años luz y se encuentra a
más de 600 millones de años luz de nuestra posición.
Aún es pronto para asegurarlo, pero son varias las
hipótesis que se manejan para este cambio de rumbo del agujero negro. Entre las
más aceptadas están las que sugieren que se ha producido un fusión de galaxias
o que otra galaxia ha impactado contra PBC J2333.9-2343. Lorena
Hernández-García, perteneciente al Millennium Institute of Astrophysics, ha
asegurado en el medio Live Science que:
Nuestra hipótesis era que el torrente relativista de
este superagujero negro había cambiado su dirección y para confirmar la idea
tuvimos que realizar una gran cantidad de observaciones. Se observaron dos
lóbulos en el blazar, que parecen ser reliquias de actividad pasada, mientras
que jlas estructuras localizadas más cerca del núcleo representan torrentes
activos y más jóvenes.
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