Durante un eclipse total de Sol, las abejas permanecen quietas y en silencio
Los eclipses totales de Sol son encuentros inusuales
entre el día y la noche. Cuando se supone que deben brillar con gran esplendor
los rayos solares, la Luna se interpone en la visibilidad y deja sumida a
regiones de la Tierra en la oscuridad total. Claro que la negrura dura sólo
unos cuántos minutos, sin embargo, esto es suficiente para confundir a los
seres vivos. Se sabe que los humanos en algún momento de la historia también
experimentaron confusión ante el desconocimiento del fenómeno, pero ¿qué hay de
otros animales? Las abejas, por ejemplo, se quedan en silencio durante un
eclipse total de Sol.
No hay mucha información sobre el comportamiento de
las especies ante un eclipse solar total. Las investigaciones son muy pocas al
respecto y por ello es valioso cuando los equipos de biólogos o entomólogos
emprenden un viaje para comprender lo que sucede durante estos fenómenos
astronómicos. Durante el último eclipse total de Sol que experimentó América
del Norte, un equipo de la Universidad de Missouri prestó atención a los
polinizadores. El objetivo era comprender cómo se comportan las abejas ante la
oscuridad producida por un eclipse total de Sol. Y los resultados son
simplemente sorprendentes.
“Anticipamos,
basándonos en la cantidad de informes en la literatura, que la actividad de las
abejas disminuiría a medida que la luz se atenuara durante el eclipse y
alcanzaría un mínimo en la totalidad”, explica Candace Galen, autora principal
de la investigación.
Sin embargo, se encontraron con un escenario un
tanto diferente que terminó por sorprender sus expectativas. “No esperábamos
que el cambio fuera tan abrupto, que las abejas seguirían volando hasta la
totalidad y sólo entonces se detendrían por completo. ¡Fue como ‘apagar las
luces’ en un campamento de verano! Eso nos sorprendió”.
Se esperaba que la actividad de las abejas fuera en
decrecimiento conforme avanzara el eclipse. Y llegara a un punto de total
quietud durante la fase más oscura del evento. No obstante, parece que las
abejas hicieron caso omiso del incremento de la oscuridad y sólo guardaron
silencio cuando la negrura total cubrió el ambiente. Pero en cuanto la luz se restableció,
las abejas y abejorros continuaron con su día y comenzaron a zumbar de nuevo.
Los cambios en los zumbidos representaron la mayor
sorpresa, aunque se encontraron otros factores importantes. Justo antes y
después de la totalidad del eclipse, los vuelos de las abejas tendieron a una
duración más larga que antes de la pre-totalidad y más tarde en la
post-totalidad. No está claro por qué sucedió tal situación, aunque Gales tiene
una hipótesis. Cree que la duración del vuelo está directamente relacionada con
la velocidad, así una duración más larga implica velocidades más bajas de
vuelo. Y por el contrario, una duración más corta está ligada a velocidades más
altas.
“En mi opinión, si estás conduciendo por una
carretera y hay niebla, disminuyes la velocidad”. En ese sentido, la
disminución de visibilidad sería una razón sensata para que las abejas decidan
disminuir su velocidad. De hecho, en otras investigaciones tal acción está bien
estudiada cuando cae el crepúsculo.
Falta todavía más investigación para comprender cómo
reaccionan las abejas ante un eclipse total de Sol. Los investigadores
norteamericanos tendrán que esperar hasta 2024, cuando la región quede sumida
en la oscuridad de nuevo por un eclipse. Mientras tanto, han quedado
sorprendidos con sus resultados y maravillados con los abejas.
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