¿Pueden los acuarios salvar a los delfines de la extinción?

 

A principios de la segunda semana de marzo se ha celebrado en Valencia el 50 Simposio Anual de la Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos (EAAM por sus siglas en inglés), que ha reunido expertos de todo el mundo para compartir sus resultados científicos y allanar el camino para el futuro de la investigación. Dicho simposio ha girado en torno a los graves problemas a los que se enfrentan los mamíferos marinos, como la contaminación y la crisis climática, y también ha tratado nuevas estrategias para garantizar el bienestar de los animales.

Los animales marinos han podido observar cómo la mano del ser humano ha ido poco a poco rompiendo el equilibrio de sus ecosistemas. La sobrepesca, la contaminación por vertidos o el ensordecedor ruido generado por los sonares son algunos de los peligros que amenazan a los cetáceos y otros mamíferos marinos. Por suerte, la población parece cada vez más concienciada de la necesidad de cuidar los mares y océanos, lo que se demuestra en un número creciente de eventos y campañas relacionadas con los cuidados del medio ambiente.

Durante las jornadas celebradas en el Oceanogràfic, las distintas personalidades han presentado los resultados de sus investigaciones sobre diferentes temas, como el seguimiento de ciertas poblaciones, la comunicación entre individuos de la misma especie, o los efectos de la contaminación por microplásticos en la salud de los mamíferos acuáticos. Además, también han mostrado nuevos tratamientos y cuidados para individuos de diferentes especies que se mantienen en cautividad. Estas técnicas pretenden cumplir con los altos estándares sobre bienestar animal acordes a las nuevas políticas y legislaciones.

El Proyecto de Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales presenta ciertas excepciones para los centros zoológicos en lo que se refiere a la tenencia de animales silvestres en cautividad, como el artículo 32 en sus apartados 2, 5 y 6. Los dos primeros apartados están dedicados a regular la tenencia, intercambio y cría de animales silvestres, así como su depósito en centros habilitados para ello. El apartado 6, en cambio, se centra concretamente en los cetáceos que se encuentran en cautividad, su tratamiento y los fines para los que se mantienen, ya que la cría y mantenimiento estará limitada a fines de conservación e investigación. Además, este apartado también limita los espectáculos que involucren a los cetáceos, principalmente delfines, para que únicamente puedan realizarse bajo supervisión de sus cuidadores y profesionales relacionados.

Parte de la opinión pública cree que la medida deja ciertos recovecos de los que se aprovechan los zoológicos, pero los expertos afirman que se tratan de medidas necesarias para poder cumplir con su labor. En una entrevista, Xavier Manteca, Catedrático del departamento de Ciencia Animal y de los Alimentos de la Universidad de Barcelona, explicó que los centros de conservación son necesarios en la actualidad y en el día de mañana lo serán todavía más debido a los cambios drásticos que están sufriendo los ecosistemas. Además, enfatiza el papel de estos centros para la sensibilización de la población ante los problemas a los que se enfrentan los animales marinos, ya que afirma que las visitas a sus instalaciones ayudan a aumentar el interés por los océanos, lo que luego se traduce en un cambio positivo en la conducta de la población. Respecto a las demás labores de los zoológicos y acuarios, Manteca destaca su papel como reservorio genético de muchas especies, ya que permiten tener diferentes familias de una misma especie y realizar intercambios con otros centros que garanticen que los programas de reproducción no acaben sufriendo problemas relacionados con la endogamia.

Respecto al bienestar de los animales en cautiverio, Manteca esclarece que actualmente se aborda por diferentes vías que van desde el estado físico del animal hasta el mental. Para ello se han investigado cuáles son los indicadores de fisiológicos y de salud que cambian cuando el animal no se encuentra en sus condiciones idóneas. Estos indicadores tratan desde análisis sanguíneos, hasta los cambios en ciertas conductas del animal que puedan observar sus entrenadores. Una vez averiguado el problema del que padece el animal, el equipo de veterinarios o de cuidadores hará lo que esté en su mano para sanar al animal, desde la aplicación de los medicamentos adecuados hasta nuevos métodos de enriquecimiento del entorno.

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