Una lluvia de fuegos cósmicos enciende el cielo y son invisibles a nuestra vista
El Telescopio espacial Fermi de la NASA, que observa
al cosmos en rayos gamma, la forma de luz de mayor energía, ha capturado la
actividad frenética del cielo en este rango de frecuencia, durante un año de
observaciones. Más del 90 % de las fuentes en el conjunto de datos son
blázares, regiones centrales de galaxias que albergan agujeros negros
supermasivos activos, que producen poderosos chorros de partículas apuntando
casi directamente a la Tierra.
Una explosión de fuegos artificiales cósmicos,
invisible a nuestros ojos, llena e ilumina el cielo nocturno. Ahora podemos
apreciar este fantástico y escurridizo espectáculo de luces gracias al
Telescopio de área grande (LAT), a bordo del Telescopio espacial de rayos gamma
Fermi de la NASA, dedicado a registrar el Universo en este tipo de frecuencia
lumínica, considerada la más potente en el cosmos.
Según una nota de prensa, la animación desarrollada
en base a los datos obtenidos por Fermi refleja un año de observaciones, desde
febrero de 2022 hasta febrero de 2023, en el rango de rayos gamma. Los círculos
pulsantes representan solamente un subconjunto de más de 1.500 curvas de luz,
registradas por el LAT durante casi 15 años en el espacio. Las curvas de luz
muestran cómo las fuentes u objetos observados cambian en brillo con el paso
del tiempo.
Se trata de una iniciativa en constante
actualización y ampliación: los científicos creen que obtener una base de datos
histórica y completa de la curva de luz de los objetos cósmicos podría conducir
a nuevos conocimientos de gran importancia, al acceder a múltiples “mensajes”
sobre eventos pasados. En otras palabras, permitiría contar con información
vital sobre los inicios del Universo y la formación de las primeras estructuras
y galaxias.
El LAT, considerado el instrumento principal del
Telescopio espacial Fermi, detecta rayos gamma con un potencial energético que
oscila entre los 20 millones y los 300 mil millones de electronvoltios. Para
poder tener una idea de la fuerza de los rayos gamma, vale considerar que, por
ejemplo, la energía de la luz visible para el ojo humano alcanza una potencia de
entre 2 y 3 electronvoltios.
En un artículo científico publicado en The
Astrophysical Journal Supplement Series, los investigadores explican que más
del 90 % de las fuentes observadas y que pueden apreciarse en el conjunto de
datos son blázares. Se trata de áreas centrales de galaxias con agujeros negros
supermasivos activos y de enorme potencia, capaces de producir chorros de
partículas que apuntan en dirección directa hacia la Tierra: aunque esto nos
permite detectarlos, no constituyen ningún riesgo para nuestro planeta.
Los blázares se encuentran entre los fenómenos más
violentos del Universo, pero son claves para avanzar en el entendimiento de los
eventos extragalácticos: sus emanaciones relativistas, o sea capaces de
alcanzar velocidades que representan un porcentaje significativo de la
velocidad de la luz, son fuentes de rayos gamma y de partículas de alta energía
llamadas neutrinos.
Diversos estudios científicos previos sostienen que
los neutrinos, portadores de una información crucial sobre el pasado del
cosmos, se crean en los blázares, los cuales funcionan como verdaderos
“aceleradores de partículas” ocultos en el Universo. Los observatorios
terrestres, como por ejemplo el Observatorio de Neutrinos IceCube de la
Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos, ubicado en la Antártida,
pueden detectar estas partículas de alta energía producidas en los chorros
relativistas que generan los blázares.
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