La nueva IA que avisará del fenómeno natural que nos devolverá a la Edad Media
La humanidad no está preparada para enfrentarse a
una catástrofe como el efecto de un evento Carrington o, aún peor, un evento
Miyake. La reacción en cadena provocada por una tormenta solar extrema causaría
el colapso de la civilización actual, destruyendo sistemas eléctricos y
electrónicos a nivel mundial que tardarían décadas en recuperarse, enviándonos
de vuelta al medioevo. Pero hoy tenemos una nueva arma para mitigar su impacto
potencial: una nueva inteligencia artificial capaz de predecir con precisión
los efectos de estas erupciones solares para alertar a los gobiernos del
impacto con algunas horas de antelación.
Es sólo una parte de la solución global recomendada
por los expertos en nuestra serie documental Control Z. Necesitamos tres
grandes medidas para proteger nuestra civilización contra este tipo de
desastre. Ésta sólo es el comienzo de una de ellas.
Llamada DAGGER — que significa daga en español y son
las siglas en inglés de aprendizaje profundo de perturbaciones geomagnéticas —
esta inteligencia artificial podrá analizar en tiempo real el masivo flujo de
datos recogido por múltiples satélites de observación solar y estaciones en
tierra, encontrando patrones que permiten predecir el efecto a nivel mundial de
una erupción.
Según un estudio publicado en el diario científico
Space Weather por un equipo de la NASA, la US Geological Survey y el Frontier
Development Lab del Departamento de Energía de los Estados Unidos, “los modelos
de predicción anteriores han utilizado la inteligencia artificial (IA) para
producir pronósticos geomagnéticos locales para ubicaciones específicas de la
Tierra. Otros modelos que sin IA han proporcionado predicciones globales que no
fueron acertadas”. DAGGER es el primer sistema, continúa, que combina el rápido
análisis de la IA analizando mediciones reales desde el espacio y desde todo el
planeta Tierra para generar predicciones actualizadas con frecuencia que son
rápidas y precisas para todos los lugares del mundo.
El trabajo
demuestra la capacidad predictiva de DAGGER comparando sus predicciones con la
realidad de dos grandes tormentas geomagnéticas que golpearon el planeta en
2011 y 2015. El resultado fue una certeza total en la predicción. Obviamente,
estos resultados son excelentes noticias para la construcción de un sistema de
alerta temprana que es una de las tres medidas necesarias para blindarse contra
eventos Carrington y Miyake.
placeholderUn bucle solar levantándose cientos de
miles de kilómetros sobre el sol.
Como me contaba hace unos meses la Dra. Holly
Gilbert — que fue directora de la división de ciencia heliofísica del centro de
investigación NASA Goddard y ahora encabeza el High Altitude Observatory del
Centro Nacional de Investigación Atmosférica de los Estados Unidos— en una
entrevista por videoconferencia, una de las tres capas de defensa contra estos
eventos es un sistema de alerta temprana efectivo, con modelos de inteligencia
artificial que puedan predecir cada paso del Sol con bastante antelación.
“Viendo lo bien y cuánto han progresado los modelos solo en los últimos 10
años, creo, y esto es pura especulación, realmente creo que en 20 años vamos a
ser muy buenos prediciendo”, aseguraba. “Puede ser un poco demasiado optimista,
pero creo que estamos dando grandes pasos para conocer la hora de llegada de
algunas de estas eyecciones coronales masivas”. Gilbert, afortunadamente, se
equivocó en sus plazos respecto a la inteligencia artificial (que sigue
sorprendiendo a todos en su velocidad de desarrollo exponencial).
Pero, para que esta inteligencia artificial funcione
con el necesario tiempo de antelación necesitamos más datos y cubrir el Sol
desde todos los ángulos posibles con múltiples satélites, muchos más de los que
tenemos ahora. Y con redundancia, por si uno cae en acción. “No tenemos una
visión completa del Sol en este momento porque es muy caro enviar tantos
satélites al espacio”, apuntaba Gilbert.
Si no continuamos trabajando en ampliar esta
capacidad de alerta temprana y no ponemos en marcha las otras dos capas de
defensa propuestas por los expertos — uno, la instalación a escala global de
condensadores en serie para proteger a los transformadores de alta tensión y,
dos, la reorganización de las redes eléctricas a nivel global, nacional y local
para que aumentar su resistencia — algún día nos enfrentaremos a una catástrofe
devastadora para la civilización. Como mostró el documental Control Z, las
muertes se contarían por miles de millones debido al colapso de las redes de
distribución de alimentos, agua potable, asistencia sanitaria moderna. Básicamente,
todo lo que necesite electricidad, desaparecería, incluyendo toda nuestra
capacidad industrial. Según un informe de la Academia Nacional de las Ciencias
de los EEUU, “debido a la interconexión de las infraestructuras críticas en la
sociedad moderna, el impacto puede ir más allá de la interrupción de los
sistemas técnicos existentes y conducir a interrupciones socioeconómicas
colaterales a corto y a largo plazo”. Los daños económicos, básicamente,
significarían la destrucción del sistema económico mundial.
La energía desatada al romperse la cola crearía una
corriente eléctrica que reventaría la mayoría de los transformadores de todo el
planeta.
Como me dijo por videoconferencia la Dra. Sangeetha
Abdu Jyothi — profesora asistente en el departamento de Ciencias de la
Computación de la Universidad de California, Irvine, y una de las especialistas
que más ha estudiado el efecto de estos fenómenos en la infraestructura moderna
— un evento así 'no nos devolvería a la Edad Media sino a la Edad de Piedra.'
placeholderPasarán décadas antes de poder llegar a
fabricar y reemplazar todos los transformadores dañados en todo el globo. El
tiempo de fabricación y entrega de uno de alta tensión en tiempos normales es
de dos años.
Pasarán décadas antes de poder llegar a fabricar y
reemplazar todos los transformadores dañados en todo el globo. El tiempo de
fabricación y entrega de uno de alta tensión en tiempos normales es de dos
años.
DAGGER es un paso en la dirección correcta para
evitar este extremo pero, desafortunadamente, queda lo más difícil. No por su
dificultad o coste — el coste de la instalación de condensadores neutros para
proteger los transformadores de alta tensión en Europa estaría alrededor de los
1.000 millones de euros — sino por la falta de previsión política, la dejadez
de las eléctricas más interesadas en minimizar estos eventos para no repercutir
en su beneficio a corto plazo, y la concienciación de la sociedad ante un
evento que va a pasar tarde o temprano, pero que va a pasar sin duda, como me
contaron todos los expertos con los que he hablado. Es sólo cuestión de tiempo.
placeholderNecesitamos muchas más sondas de
monitorización para poder desarrollar un sistema de alerta temprana, algo que
podría tomarnos dos décadas.
Necesitamos muchas más sondas de monitorización para
poder desarrollar un sistema de alerta temprana, algo que podría tomarnos dos
décadas.
Sin esta última no podremos ejercer la presión para
que se proteja una infraestructura que ya no es solo un bien público sino una
fuerza imprescindible para soportar el tejido social y económico que nos
permite sobrevivir como especie. Como me decía el Dr. Ethan Siegel —
astrofísico teórico, investigador y divulgador, autor del famoso podcast Starts
with a Bang —“podemos unificarnos como planeta para crear la legislación
adecuada, hacer cumplirla y hacer que todas estas ciudades de todo el mundo
estén seguras y puedan resistir estos eventos. Entonces, tal vez, no tendremos
un desastre de varios trillones de dólares cuando ocurra lo inevitable. Esto
depende de todos nosotros”.
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