Marte también era un planeta azul
Los científicos descubrieron en Marte más de 6.500
kilómetros de crestas fluviales, que son probablemente deltas de ríos
erosionados o cinturones de canales submarinos: los restos de una antigua costa
marciana, en torno a un océano o un gran mar que habría existido en el planeta
rojo hace aproximadamente 3.500 millones de años, y que cubría cientos de miles
de kilómetros cuadrados.
Científicos de la Universidad Estatal de
Pensilvania, en Estados Unidos, sostienen en un nuevo estudio, publicado
recientemente en la revista Journal of Geophysical Research: Planets, que
existe evidencia definitiva en torno a la presencia de un océano o un mar de
gran extensión en el hemisferio norte del Marte primitivo, una hipótesis
desarrollada en una gran cantidad de estudios previos.
De acuerdo a una nota de prensa, el conjunto de
mapas topográficos elaborados por los investigadores proporciona una nueva y
contundente evidencia de un antiguo océano en el norte de Marte, que habría
existido hace aproximadamente 3.500 millones de años. Los mapas ofrecen el caso
más sólido hasta el momento de un aumento en el nivel del mar en el pasado
marciano, consistente con un clima cálido y húmedo extendido, no con el paisaje
duro y helado que existe en la actualidad.
Hasta el momento, una pregunta importante y sin
respuesta sobre la historia de Marte es si el planeta tuvo un océano en su
hemisferio norte en algún momento de su historia. Ahora, los científicos
Benjamin Cardenas y Michael Lamb han concluido que una acumulación sedimentaria
sustancial, de al menos 900 metros de espesor y que cubre cientos de miles de
kilómetros cuadrados, se desarrolló en el margen de un antiguo océano en el
norte marciano.
Los restos del antiguo océano de Marte se ubican en
la zona de Aeolis Dorsa, una región en forma de depresión de unos 500
kilómetros de ancho y 900 kilómetros de largo, rodeada al este y al oeste por
llanuras de 2 kilómetros de altura y al sur por pendientes empinadas. En ese
lugar, los investigadores mapearon más de 6.500 kilómetros de crestas fluviales
expuestas, que son accidentes geográficos que muestran las ubicaciones de los
antiguos canales de los ríos.
Luego de organizar las crestas fluviales en 20
sistemas, midieron las direcciones de flujo antiguas y las posiciones
estratigráficas, que son las representaciones de la ubicación vertical de
unidades de roca en una área específica. Descubrieron una línea de costa a
escala oceánica que, con el tiempo, se habría elevado al menos 900 metros.
Aunque en la actualidad esta zona se define por la erosión, en la geografía
antigua fue completamente diferente: el aumento del nivel del mar habría sido
consistente con un clima cálido y húmedo prolongado en el Marte antiguo.
En la Tierra, los científicos trazan la historia de
las vías fluviales al observar los sedimentos que se depositan a lo largo del
tiempo. A eso se denomina estratigrafía y permite conocer el pasado de los
cursos de agua, porque el agua transporta sedimentos y se pueden medir los
cambios en la Tierra al comprender la forma en que se acumulan esos sedimentos.
Esa idea es la misma que los científicos han aplicado ahora en Marte.
Las rocas en Aeolis Dorsa brindan información
fascinante sobre cómo era el océano marciano, según los investigadores. Se
trató de un cuerpo de agua dinámico, con un nivel del mar que subió
significativamente a lo largo de su existencia. Las rocas se depositaban a lo
largo de sus cuencas a un ritmo acelerado, con una gran variedad de cambios que
ahora pueden descubrirse gracias a las nuevas tecnologías aplicadas.
Al parecer, el océano era parte de un sistema
extendido de cursos de agua, que abarcó una enorme extensión en el planeta
rojo. Los investigadores determinaron que las crestas fluviales, que se
encuentran en distintos sitios de Marte, son probablemente depósitos de ríos
antiguos y grandes cuencas similares a Aeolis Dorsa, que dominaron un Marte
primitivo apto para la vida.
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