Un sorprendente descubrimiento multiplica la posibilidad de encontrar vida en el sistema solar
La posibilidad de que exista vida en el sistema
solar se acaba de disparar: un nuevo estudio afirma que cuatro de las lunas más
grandes de Urano —Ariel, Umbriel, Titania y Oberon— pueden tener vastos y
profundos océanos escondidos bajo sus cortezas heladas. Es un momento
emocionante para la exploración espacial porque, si hay océanos líquidos,
pueden ofrecer un ambiente adecuado para el desarrollo de la vida, igual que
ocurrió en la Tierra hace 4.500 millones de años.
Es un hallazgo sorprendente porque los científicos
todavía no tienen una idea clara de los mecanismos físicos que hacen posible
esta agua líquida. No solo el estudio apunta a la existencia de estos nuevos
océanos, sino que dice que hay una posible fuente de calor en los mantos
rocosos de estos nuevos mundos, que son los que proporcionarían de la energía
necesaria para mantener ambientes cálidos en los océanos y favorecer la vida
subacuática.
Estos nuevos hallazgos vienen de datos antiguos: un
nuevo análisis de la información de la nave espacial Voyager de la NASA que,
combinada con nuevos modelos de simulación, han dado lugar a este nuevo
escenario que ha sorprendido a los científicos.
Urano tiene 27 satélites detectados, divididos en
tres grupos: 13 lunas interiores, cinco lunas mayores y nueve lunas
irregulares. Las lunas irregulares tienen órbitas retrógradas, mientras que las
demás son progradas (es decir, orbitan en la misma dirección que Urano). Entre
las cuatro más grandes, en las que los científicos dicen que puede haber
océanos, sus tamaños varían desde 1.160 kilómetros de diámetro (Ariel) hasta
1.580 kilómetros de diámetro (Titania). Hasta hace apenas unas décadas, los
científicos pensaban que los océanos no eran posibles en estos mundos tan
diminutos, pero los descubrimientos de océanos en Mimas, Ceres y Plutón
cambiaron totalmente nuestra idea de lo que podrían albergar estos lejanos
satélites.
“Cuando se
trata de cuerpos pequeños —planetas enanos y lunas—, los científicos
planetarios ya habían encontrado evidencia de océanos en varios lugares
improbables, incluyendo los planetas enanos Ceres y Plutón y la luna Mimas de
Saturno”, afirma la autora principal del estudio publicado en Journal of
Geophysical Research, Julie Castillo-Rogez, del Jet Propulsion Laboratory de la
NASA en Pasadena, California. “Hay mecanismos en acción que no entendemos
completamente. Este documento investiga cuáles podrían ser y cómo son
relevantes para los muchos cuerpos del sistema solar que podrían ser ricos en
agua, pero tienen un calor interno limitado”.
La Academia Nacional de Ciencias de los EEUU está
impulsando la exploración de Urano en su Encuesta Decenal de Ciencias Planetarias
y Astrobiología 2023. Por eso, en preparación de una futura misión científica,
los científicos planetarios están enfocando su trabajo en el misterioso sistema
de Urano.
Sin embargo, este descubrimiento no solo es
importante para esa misión. Al multiplicar el número de lunas con estas
características, hemos aumentado extraordinariamente la posibilidad de
encontrar vida en nuestro sistema solar. Obviamente, necesitaremos investigar
más para comprender completamente estos océanos y su potencial para albergar
vida. Y, esperemos, nuevas misiones de sondas interplanetarias que se sumerjan
en estos océanos en busca de evidencia de otras formas de vida a la vuelta de
la esquina.
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