Nueva Zelanda recupera el takahé, ave prehistórica que se creía extinta
El takahé (Porphyrio hochstetteri) es un ave
prehistórica que se ha reintroducido a su hábitat originario en Nueva Zelanda
tras un largo programa de recuperación de la especie que estaba casi extinta.
El takahé es un ave no voladora endémica de Nueva
Zelanda, icono de las políticas conservacionistas y la biodiversidad y un
superviviente que ha logrado sobrevivir a intensas amenazas. Se calcula una
población de unos 440 ejemplares a finales de 2021.
El animal, de un color turquesa muy llamativo y una
apariencia casi esférica, se declaró oficialmente extinto en 1898 pero se
redescubrió en 1948, cuando el médico Geoffrey Orbell encontró y documentó la
última población silvestre en los remotos fiordos de Murchison. Desde entonces,
un programa de recuperación ha conseguido reintroducir la especie en su hábitat
original y han comenzado a verse de nuevo tras décadas desaparecido del
paisaje.
El takahé de la Isla Sur ( Porphyrio hochstetteri)
es una especie de ave gruiforme de la familia Rallidae, aves terrestres de
tamaño pequeño y mediano con alas cortas, patas grandes y dedos largos
emparentada con el calamón. Su cercano congénere, el takahé de la Isla Norte
(Porphyrio mantelli) está ya extinguido.
Tienen un significado cultural, espiritual y
tradicional para tribus maoríes de la mayor parte de la Isla Sur de Nueva
Zelanda, ya que su desaparición ha estado ligada también al declive de las
culturas indígenas. De hecho, los maoríes han sido clave para el éxito de los
programas de recuperación de la especie.
Los takahé viven entre 16 y 18 años en estado
salvaje y entre 20 y 22 años en lugares protegidos, pero debido a sus
características (necesitan mucho alimento, grandes territorios y solo se
reproducen una vez al año) es una especie muy vulnerable, más desde que la
llegada de los colonos les sometió a una intensa presión por la introducción de
especies predadoras sobre la especie, la caza intensiva y la desaparición de su
ecosistema. Todavía hoy mamíferos como los armiños, las zarigüeyas o las ratas
son la principal amenaza para la especie, o los ciervos con los que compiten
por el alimento.
El redescubrimiento del takahé lanzó el programa de
especies en peligro de extinción más antiguo de Nueva Zelanda. Durante más de
70 años, las medidas para garantizar que el takah nunca más sea considerado
extinto han incluido técnicas pioneras de conservación de especies en peligro
de extinción como la cría en cautiverio, traslados y liberaciones en su hábitat.
El programa de recuperación de la especie contempla una recuperación del animal
del 8% anual, señala el Departamento de Conservación del país.
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