Los científicos consideran seguro el vertido de las controvertidas aguas residuales de Fukushima
Las aguas residuales radiactivas de la central
nuclear de Fukushima, que sufrió una catastrófica fusión en 2011, se verterán
lentamente en el océano Pacífico durante los próximos 30 años. Es comprensible
que haya preocupación por los riesgos potenciales que representa este nuevo
vertido, pero la ciencia afirma que es seguro.
Una revisión científica ha ofrecido información
sobre los impactos potenciales de estas liberaciones planificadas en la vida
marina y los humanos después de revisar la evidencia de liberaciones pasadas de
radiactividad y cálculos de dosis de radiación realizados por investigadores
independientes y la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El tritio, presente en forma de agua tritiada (HTO),
es el principal contaminante preocupante. Al igual que otras sustancias
radiactivas, puede inducir daños en el ADN de los organismos; sin embargo, su
baja radiotoxicidad reduce significativamente el daño potencial. Su similitud
química con el agua ordinaria también evita la biomagnificación, ya que su
dispersión está controlada por el volumen mucho mayor de agua no radiactiva.
El plan -siempre que se lleve a cabo correctamente-
está respaldado por sólidas pruebas científicas sobre los riesgos de los
vertidos de radiactividad en los sistemas marinos.
El agua liberada se diluirá 100 veces, garantizando
que los niveles de agua tritiada sean unas 40 veces inferiores al límite de
vertido. Las comparaciones con instalaciones nucleares de todo el mundo
muestran que el vertido previsto será muy inferior al de otras instalaciones
nucleares, lo que lleva a los expertos a concluir que las dosis de radiación
estimadas para la vida marina y los consumidores de marisco estarán muy por
debajo de los umbrales de seguridad.
"El vertido sigue estrictas normativas y
medidas de seguridad", explica el profesor Jim Smith, de la Universidad de
Portsmouth. "El plan -siempre que se lleve a cabo correctamente- está
respaldado por sólidas pruebas científicas sobre los riesgos de los vertidos de
radiactividad en los sistemas marinos".
"Nuestros estudios a largo plazo han
descubierto que ecosistemas acuáticos mucho más contaminados cercanos a
Chernóbil muestran una notable resistencia a la radiación: las poblaciones de
peces e insectos acuáticos prosperan".
Los niveles de otros radionucleidos también se
controlan minuciosamente mediante métodos radioanalíticos de última generación,
como se hace con las emisiones de las centrales nucleares de todo el mundo,
para garantizar el cumplimiento de las normas establecidas por los organismos
reguladores.
Tony Irwin, profesor asociado honorario de la
Universidad Nacional de Australia, dice que "las liberaciones de agua
tritiada ocurren en todo el mundo a niveles significativamente más altos que
las liberaciones de Fukushima y han estado ocurriendo durante muchas
décadas".
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