Ocho inventos que vinieron del espacio y utilizamos cada día
Las misiones que nos permiten conocer más sobre el
Universo tienen detrás muchos años de investigación en robótica, software y
otro tipo de tecnología espacial que se ha utilizado para otras áreas
posteriormente.
Para los primeros viajes a la Luna, la NASA creó un
taladró que servía para recoger muestras. Su software se usó para la primera
aspiradora inalámbrica.Para los primeros viajes a la Luna, la NASA creó un
taladró que servía para recoger muestras. Su software se usó para la primera
aspiradora inalámbrica.NASA
La tecnología espacial nos ha permitido explorar
partes del Universo hasta hace pocas décadas desconocidas y avanzar en la
investigación sobre incógnitas del Cosmos muy diversas. A día de hoy, los
científicos e ingenieros han demostrado que llevar al ser humano a la Luna es
posible y han conseguido que nos imaginemos la posibilidad de llegar a Marte.
Pero los pasos hacia delante no solo nos permiten mirar hacia las estrellas,
sino que sirven también aquí, en la Tierra.
Hay herramientas que se estudiaron, diseñaron y
desarrollaron para la exploración espacial que tienen otros usos completamente
distintos en la actualidad. Da igual que fuesen cosas pensadas para una nave de
la NASA, sus resultados fueron tan impresionantes que hubo investigadores de
otras áreas que implementaron su tecnología en prótesis, comida, colchones,
etc., y que en España y en cualquier lugar del mundo usamos sin darnos cuenta
de lo que hay detrás.
Termómetro que
mide la temperatura del oído como a una estrella
El Laboratorio de Propulsión (JPL) de la NASA, en
colaboración con Diatek Corporation, desarrolló el primer termómetro aural con
un sensor infrarrojo. Para su elaboración, se inspiraron en los instrumentos
con tecnología infrarroja con los que equipaban las sondas espaciales que
querían utilizar para medir la temperatura de la superficie de las supernovas a
distancia.
Este tipo de termómetros calculan la temperatura de
la energía que desprende el tímpano en el oído. Este método de medición es muy
preciso para conocer la temperatura corporal y comprobar si se tiene fiebre al
estar en la zona de la cabeza, como ocurre con la lengua.
Antes de este tipo de dispositivos, los instrumentos
de medición de la temperatura debían entrar en contacto con zonas sensibles,
como las mucosas. Con este termómetro capaz de realizar su trabajo a distancia,
se evita la contaminación cruzada y, además, es más rápido y cómodo de
utilizar.
Las células de
energía solar: de los satélites a nuestros hogares
Muchas familias han comenzado a plantearse la
instalación de placas solares en sus viviendas para ahorrar a largo plazo en la
factura de la luz. No obstante, esto no podría haber sido posible sin su uso en
el espacio.
En marzo de 1958, después de que la URSS lanzase su
primer y segundo satélite al espacio, EEUU logró seguirle los pasos con
Vanguard 1. Pero contaba con una gran diferencia: estaba alimentado por energía
solar gracias a sus células solares de silicio, diseñadas por Hoffman
Electronics. Más adelante, llegaría su comercialización en la Tierra.
Las prótesis
hechas con tecnología de las naves espaciales
Las personas y animales con miembros amputados
tienen más dificultades en realizar actividades cotidianas. La solución a este
problema son las prótesis, que existen desde hace siglos. Sin embargo, en las
últimas décadas ha habido un impresionante avance al respecto y, en gran parte,
es gracias a la investigación espacial.
La NASA centra parte de sus esfuerzos en la
investigación y desarrollo en robótica que, después, puede tener más
aplicaciones aparte del espacio. Por ejemplo, en el campo de la medicina se
emplea para la fabricación de prótesis más cómodas y modernas.
Las
aspiradoras inalámbricas de mano no serían posible sin la NASA
Dos misiones de la agencia espacial estadounidense
hicieron posible que se produjesen las primeras aspiradoras sin cable. Eran
Apollo y Gemini para las que se fabricó un taladro portátil para extraer
muestras lunares.
El software que se utilizó para mejorar el diseño
del motor del taladro se aprovechó para idear Dustbuster, la primera aspiradora
inalámbrica de mano. Fue en 1981, por la compañía Black & Decker.
Los trajes de
bomberos se inspiran en los trajes de astronautas
La vestimenta que llevan los exploradores espaciales
cuando salen fuera de la nave están preparados para soportar condiciones
extremas que serían mortales sin él. El traje proporciona oxígeno en todo
momento y aguanta altas temperaturas gracias a un material ignífugo llamado
polibencimidazol.
Ese mismo material comenzó a utilizarse en los
trajes de los cuerpos de bomberos de Estados Unidos en 1978. Además, un
proyecto de la NASA ideó un sistema de respiración con una máscara, arnés y
bombona de oxígeno que usaba un compuesto de aluminio creado para el
revestimiento de los cohetes que también terminó llevándose a los trajes de
bomberos.
Con el tiempo, también adaptaron un sistema de radio
más resistente con la contribución de la NASA que, además, era muy ligero para
transportarlo con facilidad.
Las montañas
rusas se diseñan como las naves espaciales
El software que utilizan las montañas rusas está
basado en uno que creó la NASA para calcular el estrés, la vibración y las
propiedades acústicas de las estructuras de los vehículos espaciales antes de
crear prototipos. Se trata de NASA Structural Analysis Program (NASTRAN), que
comenzó a utilizarse para los coches de Cadillacs y los vagones de las montañas
rusas de los parques de atracciones.
Los alimentos
deshidratados se comieron primero en el espacio
La fruta, las setas y otros muchos alimentos que se
venden deshidratados comenzaron a elaborarse para la comida de los astronautas.
Ahora, podemos tener hasta nuestro propio deshidratador en casa, pero en su
momento fue un espléndido invento para los viajes al espacio.
La deshidratación de los alimentos permitía que
estos pesasen un 80% más que en su estado original, conservando el 98% de sus
nutrientes y sin estropearse pronto.
Los detectores
de humo para el espacio
La NASA, junto a Honeywell, crearon un detector de
humo por ionización. Era un aparato que detectaba el humo y gases tóxicos para
la primera estación espacial estadounidense, Skylab. Este invento sería el
germen del desarrollo de los primeros detectores de humo domésticos, mucho más
baratos y basados en la detección fotoeléctrica.
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