¿Cuánto hay de imaginación en la ciencia que estudia los dinosaurios?
Los dinosaurios se extinguieron hace 66 millones de años pero la mayoría de personas saben más de ellos que de cualquiera de los (también fascinantes) seres vivos que nos rodean. Un libro del paleontólogo José Luis Sanz descubre qué fracción de ese conocimiento está basado en la ciencia y cuál proviene de la imaginación literaria y cinematográfica.
"Dinosaurios y otros animales. Paleontología y
su impacto en la cultura popular", recién publicado por Editorial Crítica,
es un compendio de las sorprendentes interpretaciones que el arte, el cine o la
literatura han hecho de estos animales extintos, y de la realidad científica
que hay tras ellas.
El lector se verá contagiado por la fascinación que
sintió por los dinosaurios aquel niño de Soria que quedó impresionado con
películas como "Godzilla". Japón bajo el terror del monstruo"
(1954) o "Hace un millón de años" (1966), y supo que quería ser
paleontólogo.
De esta última, Sanz recuerda cómo la mayoría de los
espectadores, incluida su entrañable tía Paz, con quien fue a verla, quedaron
entusiasmados con el valor y el arrojo con el que lucha contra los malvados
dinosaurios su protagonista, Raquel Welch. Él también quedó extasiado, pero
reconoce que en su orden de prioridades primero estaban los dinosaurios y luego
la bellísima actriz, fallecida, por cierto, el pasado febrero.
Sanz, una autoridad científica y divulgativa en
Paleontología, relata en su libro las licencias imaginativas que se tomó la
película, desde la más extendida: que los humanos y los dinosaurios convivieron
en el tiempo, hasta juntar especies que en realidad vivieron separadas por
intervalos de tiempo de decenas de millones de años.El paleontólogo opina que
la ciencia y las artes son mundos paralelos pero lo suficientemente aislados
"para que podamos disfrutar sin problemas de ambos universos". Solo
hay dos límites, aclara, "en la Paleontología, el método es
científico", en el discurso fantástico manda la imaginación humana.
El catedrático de Paleontología de la Universidad
Autónoma de Madrid y miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y
Naturales desmonta con argumentos científicos mitos tanto de esa película como
de cantidad de otras manifestaciones artísticas populares que presentan a los
dinosaurios como monstruos.
Sanz cuenta
que la mayoría eran "simplemente carnívoros", y documenta cómo la
cultura popular los ha juzgado con la misma vara de medir que si fueran humanos.
Entre las miles de curiosidades que encierra su libro, el lector aprenderá que
los dinosaurios no solo no eran monstruos, sino que hasta eran buenos padres
con sus crías.
Hay pruebas de nidos, por ejemplo, que fueron
empollados por dinosaurios y evidencia de que una vez eclosionados los huevos
se quedaban a cuidar de las crías. El libro será sumamente entretenido para
cualquier tipo de público, pero los aficionados a la "dinomanía"
entenderán cómo la clave de por qué les vuelven locos los dinosaurios está en los dragones.
Sanz no pasa por alto otro gran hito: el estreno de
"Parque Jurásico" de Steven Spielberg, del que este año se cumplen 30
años, que aumentó las matrículas en Paleontología en todo el mundo.
Para quienes se planteen estudiar la ciencia de los
fósiles, para quienes ya la conocen y para quienes simplemente quieran pasar un
buen rato con la ciencia, historia, historietas, cuentos y leyendas de la
paleontología: "Dinosaurios y otros animales" es un libro altamente
recomendable.
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