La nave espacial japonesa SLIM ya está orbitando la Luna a la espera de poder alunizar
La Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA, por sus siglas en inglés) lanzó, en septiembre de este año, su módulo de aterrizaje SLIM (Smart Lander for Investigating Moon, por sus siglas en inglés) junto al cohete H-IIA para aterrizar en la Luna, realizar el primer alunizaje exitoso del país y llevar a cabo misiones ambiciosas —como el reconocimiento de cráteres lunares—. Pero después de casi cuatro meses, Japón ha entrado correctamente en la órbita lunar y prosigue su misión según lo previsto.
Concretamente, el módulo se insertó en la órbita
lunar ayer, 25 de diciembre, a las 8:51 hora española peninsular para que, a
mediados del mes que viene, comience con los ajustes necesarios para aterrizar
en la superficie de la Luna el próximo 20 de enero de 2024.
Una vez llegada la fecha mencionada, SLIM intentará
tocar la superficie lunar cerca del cráter Shioli, próximo al ecuador lunar, en
un intento de realizar el aterrizaje más preciso hasta la fecha. Y después,
este módulo de aterrizaje tomará imágenes para facilitar la vuelta del ser
humano a la Luna gracias a las misiones Artemis y, en último término, explorar
Marte en un futuro.
"SLIM es
un módulo de exploración a pequeña escala diseñado para realizar aterrizajes
precisos en la superficie de la Luna, reducir el tamaño y el peso del equipo
utilizado en los alunizajes e investigar los orígenes del satélite de la
Tierra". No obstante, "probará tecnología fundamental para la
exploración en entornos de baja gravedad, un requisito importante para la
futura investigación científica del sistema solar", explica la JAXA en su
blog oficial.
Con la ayuda del módulo de aterrizaje SLIM, la JAXA
quiere demostrar las técnicas precisas de aterrizaje lunar encarnadas en un
pequeño explorador y acelerar el estudio de la Luna mediante un sistema de
exploración más ligero.
Posteriormente, la futura exploración de la ciencia
solar exigirá el nivel de precisión de navegación que JAXA busca a través de la
misión SLIM. Y a medida que el conocimiento científico se base en objeto de
estudio, se necesitarán investigaciones más específicas para colocar naves
espaciales con precisión y reforzar los instrumentos que se colocarán en un
lugar especialmente adecuado para su próxima misión de aterrizaje.
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