China logra clonar un macaco y se pone a las puertas de la clonación humana
Un grupo de científicos chinos ha publicado
recientemente los resultados de una investigación en la que han conseguido
clonar un macaco rhesus que ya ha logrado sobrevivir más de dos años, empleando
la misma técnica usada en su día para la clonación de la oveja Dolly. El animal
ha sido bautizado como Retro, un acrónimo de una de las novedades que han
permitido el hito (el reemplazo del trofoectodermo, la capa de células que
durante el desarrollo embrionario da lugar a la placenta)
Por ahora, Retro es un mono muy excepcional. La
clonación sigue siendo extremadamente difícil, y los métodos son poco
eficientes; además, los animales clonados rara vez viven mucho. No obstante,
los avances se van sucediendo y cada día nos acercamos más a un mundo en el que
la clonación de animales no sólo es posible, sino sencilla y habitual. Así,
cabe preguntarse ¿Por qué existe tanto interés en ello? ¿Cuáles son las
potenciales aplicaciones de la clonación?
Los autores del logro (cuyos detalles han sido
descritos en un artículo en la revista académica Nature Communications) aducen,
tal y como recoge el medio estadounidense CNN, que el objetivo es ser capaces
de contar con poblaciones homogéneas de monos para la investigación científica.
Hay que tener en cuenta que la experimentación con macacos rhesus, muy
similares genéticamente a los humanos, ha permitido en muchos casos el
desarrollo de fármacos y tratamientos capaces de salvar innumerables vidas (por
ejemplo, las vacunas contra la covid-19, como recuerda una revisión publicada
por las Academias Nacionales de Estados Unidos).
Sin embargo, existen críticas sobre la ética de este
objetivo. En muchas partes del mundo (incluyendo Europa), el uso de primates en
experimentos está limitado por ley a investigaciones sobre enfermedades graves
que afectan a humanos o a la propia especie; por esta normativa (que difiere de
la China) esta clonación no podría haberse llevado a cabo en Europa.
De hecho, la Sociedad Real de la Prevención de la
Crueldad con los Animales del Reino Unido afirmó que tiene "preocupaciones
éticas serias sobre la aplicación de la tecnología de clonación a los animales.
Clonar animales requiere procedimientos que pueden causar dolor y estrés, y
puede haber una alta tasa de fracasos y mortalidad", como cita CNN.
De todas maneras, son muchos los científicos que
siguen trabajando en esta dirección en todo el mundo. Concretamente, casos como
este se adscriben a lo que se conoce técnicamente como clonación reproductiva:
un procedimiento para crear 'copias' (clones) idénticas de un animal maduro a
partir de su material genético y una célula reproductiva.
Según detalla el Instituto Nacional de Investigación
del Genoma Humano (NHGRI) de Estados Unidos (que aclara que sus investigadores
no han clonado hasta el momento ningún mamífero ni ningún ser humano), algunas
de las aplicaciones de la clonación exploradas hasta el momento incluyen la
producción de leche con una proteína esencial para la coagulación sanguínea
(que, eventualmente, podría ser purificada y administrada a personas con
problemas de coagulación) o el uso de animales genéticamente idénticos para
testar medicamentos (en ellos, las respuestas deberían ser uniformes, a
diferencia de lo que sucede en poblaciones genéticamente diversas).
Igualmente, es posible que en el futuro la clonación
se use para la generación de animales de ganado con características deseables;
incluso, la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA)
ya ha autorizado este uso, si bien no se da en la actualidad con frecuencia
debido a los costes de la clonación. También, se ha planteado la clonación como
un posible medio para la 'desextinción' de especies desaparecidas.
La clonación de seres humanos 'completos' no se ha
llevado aún a cabo de acuerdo con la evidencia de la que disponemos, y se trata
demás de una cuestión que hace saltar muchas alarmas éticas en la comunidad
científica. Los propios científicos que clonaron a Retro la han calificado como
'inaceptable'.
Sí que existen experimentos destinados al fin de la
clonación terapéutica: crear un embrión clonado con el único propósito de
producir células madre embrionarias con el mismo ADN que la célula donante, que
posteriormente se emplearían en experimentación o para reemplazar tejidos
dañados en las personas. Aún así, tampoco hay pruebas a fecha de hoy de que se
hayan producido embriones humanos con este propósito.
Se debe tener en cuenta que la clonación terapéutica
implica la destrucción de embriones humanos, lo que levanta algunas suspicacias
(principalmente desde ciertas perspectivas religiosas). Igualmente, acerca la
posibilidad de una copia genéticamente idéntica de personas que hayan existido
en el pasado o que existan en la actualidad. Será necesario que se produzca un
debate ético en el seno de la comunidad científica sobre cuáles son los límites
aceptables y morales de la técnica, así como qué usos están justificados y
cuáles pueden resultar perniciosos.
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