ALERTA MUNDIAL | Los osos polares podrían morir de hambre si el verano ártico se alarga
Los osos polares son animales del hielo marino, pero los veranos árticos cada vez más largos les obligarán a pasar más tiempo en tierra firme, donde es poco probable que puedan adaptarse a vivir durante largos períodos e incluso correrán el riesgo de morir de inanición.
Un estudio que publicó hoy Nature Communications
siguió a 20 ejemplares, con collares con cámaras y GPS, durante tres semanas en
tierra, en la región occidental de la bahía de Hudson (Canadá), donde el
calentamiento del clima está afectando probablemente a los osos a un ritmo más
rápido que en otras regiones árticas.
Durante el periodo en tierra, cuando no hay hielo
marino, las focas polares, de las que consiguen la mayor parte de su energía,
están fuera de su alcance.
El estudio sugiere que “los osos no tienen
estrategias de comportamiento y energéticas que puedan utilizar para evitar la
pérdida de peso durante el verano en tierra, y esta será mayor cuando pasen
períodos más largos en ella”, dijo el autor principal de la investigación,
Anthony Pagano del Centro de Ciencias de Alaska del Instituto Geológico de
Estados Unidos.
Aunque estos animales “muestran una notable
plasticidad en su comportamiento, siguen corriendo el riesgo de morir“ de
hambre debido a la disminución prevista del hielo marino ártico, pues el
trabajo sugiere que el alimento que consiguen en tierra no les da la energía
suficiente para resistir más tiempo antes de llegar a un estado de inanición,
destacó.
Investigaciones previas demostraron que el periodo
sin hielo en el oeste de la bahía de Hudson aumentó en tres semanas entre 1979
y 2015. Los osos -comentó Pagano- están ahora en tierra una media de 130 días
frente a los 100 ó 110 de antes.
En función de los distintos escenarios de emisiones
de gases de efecto invernadero “es probable” que la permanencia fuera de mar
aumente entre cinco y 10 días por década.
Como los osos polares se ven obligados a pisar tierra
antes, se reduce el periodo en el que normalmente adquieren la mayor parte de
la energía que necesitan para sobrevivir y la expectativa es que probablemente
se vea “aumentos en la inanición, en particular entre los adolescentes y las
hembras con cachorros”.
Los investigadores pesaron a los osos antes y
después del periodo de observación, durante tres semanas entre agosto y
septiembre, además de medir su gasto energético.
Los animales
mostraron diversas estrategias para mantener las reservas de energía, que
fueron independientes de la edad, el sexo, la etapa reproductiva (se incluyeron
hembras embarazadas) o los niveles iniciales de grasa.
A pesar de los diversos comportamientos, 19 de los
20 animales perdieron “cantidades similares de masa corporal”, una media de un
kilogramo al día.
Muchos machos adultos simplemente se tumbaron para
conservar energía, quemando calorías a un ritmo similar al de la hibernación,
pero el 70 % se mantuvo activo buscando alimentos terrestres, como bayas,
hierbas y cadáveres de aves y caribúes.
Algunas hembras adultas dedicaron hasta el 40 % del
tiempo a buscar comida y aunque los alimentos les dieron algún beneficio
energético, tuvieron que gastar más energía para acceder a ellos.
Tres nadaron largas distancias, hasta 175 kilómetros
en aguas abiertas, donde dos encontraron cadáveres de mamíferos marinos de los
que no pudieron alimentarse mientras nadaban ni llevarlos a tierra.
Solo uno engordó tras tropezar con un mamífero
marino muerto en tierra.
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