Alarma en Perú por la proliferación de saqueadores de tumbas en busca de momias alienígenas

Leandro Rivera dice que se topó con una cueva en la remota región de Nazca en Perú que contenía cientos de artefactos prehispánicos, incluidos cuerpos humanos con cabezas alargadas y que parecían tener sólo tres dedos en cada mano.

La zona es famosa por las Líneas de Nazca, surcos en el suelo del desierto en forma de aves y otros animales visibles desde el aire. Los antiguos geoglifos han intrigado durante mucho tiempo a los antropólogos y ejercen una poderosa fascinación sobre algunos creyentes en los extraterrestres.

Nazca también es conocida por sus salinas que deshidratan y preservan restos humanos y animales, que la convierte en lugar de grandes hallazgos que han profundizado la comprensión moderna de las culturas antiguas y han atraído a ladrones de tumbas.

Rivera fue condenado en el 2022 por cometer atentados contra monumentos arqueológicos y desenterrar artefactos. Recibió una condena suspendida de cuatro años, la mitad de la pena máxima de ocho años de prisión, y una multa equivalente a 5.190 dólares.

Su botín saltó a la luz el año pasado cuando dos de las momias terminaron en México como pieza clave en una cita del Congreso sobre ovnis y vida extraterrestre. El periodista mexicano Jaime Maussan presentó los cuerpos como un signo de vida más allá de la Tierra, afirmación rechazada por científicos.

En una entrevista con Reuters, Rivera dijo que sacó hasta 200 conjuntos de restos de la cueva y que algunos cuerpos habían sido sacados de contrabando de Perú a Francia, España y Rusia.

La presentación de cuerpos en México -y las afirmaciones de Rivera de tener decenas más- han llevado a algunos expertos a preguntarse si Perú está perdiendo la batalla para frenar el saqueo de sus sitios arqueológicos para alimentar un lucrativo mercado negro de momias y otros objetos prehispánicos.

"Perú ha trabajado mucho para tratar de controlar este comercio", dijo Christopher Heaney, profesor de historia latinoamericana en la Universidad Penn State y autor de un libro sobre momias peruanas. "Pero esto implica que estas afirmaciones sobre el éxito del Gobierno deben ser reexaminadas un poco si objetos como (los cuerpos en México) pueden salir del país".

Una persona toma una fotografía de un cuerpo fosilizado y seco almacenado en una vitrina de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga, en Ica, Perú, el 17 de enero de 2024. REUTERS/Sebastián Castañeda© Thomson Reuters

El Ministerio de Cultura de Perú no respondió a las preguntas sobre la efectividad de los esfuerzos que están haciendo desde hace años para controlar el tráfico.

A Reuters se le concedió un inusual acceso a la unidad de lucha contra el contrabando del ministerio en el aeropuerto internacional de Lima y habló con cuatro funcionarios del Gobierno que dijeron que se necesitaban penas más estrictas, más recursos y una mejor coordinación para luchar contra el saqueo.

La agencia de noticias no pudo verificar de forma independiente detalles clave del relato de Rivera. La procuradoría del Ministerio de Cultura dijo en un comunicado enviado a Reuters que su investigación sobre Rivera arrojó dos especímenes que están construidos por restos óseos y dos conjuntos parciales de huesos.

Evelyn Centurión, jefa de recuperación del patrimonio cultural del ministerio, dijo que el Gobierno está trabajando en un grupo de trabajo con la policía, el fiscal general, el Ministerio de Relaciones Exteriores y otros departamentos para endurecer las penas por el saqueo de artefactos culturales.

"El huaqueo (saqueo) no ha parado", dijo Centurión en una entrevista. "Necesitamos una mayor colaboración de los gobiernos y las autoridades locales, comisarías, para impedir estos ilícitos".

Los materiales arqueológicos, incluidos restos humanos, alcanzan precios elevados en un mercado negro controlado por grupos criminales bien organizados, dijeron los expertos.

Desde la pandemia de COVID-19, el tráfico de bienes culturales se ha disparado en todo el mundo, según la UNESCO y la Organización Mundial de Aduanas (OMA).

Las tiendas de antigüedades que anteriormente dependían de las compras en persona recurrieron a las ventas en línea para sobrevivir. Los vendedores del mercado negro aprovechaban la mayor privacidad en línea o recurrir a canales cifrados.

Los compradores en tanto podían buscar activamente productos ilegales, en lugar de esperar invitaciones a eventos presenciales de élite, como se hacía normalmente el comercio antes de la pandemia, dijo a Reuters un funcionario de la OMA.

Los saqueadores de tumbas también se conectaron a Internet para compartir información sobre cómo localizar y atacar sitios vulnerables.

"Las redes sociales se han convertido en espacios de venta de obras de arte y antigüedades de procedencia ilegal, y lamentablemente este tráfico se ha incrementado durante la pandemia del COVID-19", afirmó Enrique López-Hurtado, quien hasta hace poco era coordinador del sector de cultura de UNESCO Perú.

El gran volumen de ventas en línea -y las exigencias de los protocolos de seguridad pandémicos- presentaron desafíos para los funcionarios de aduanas a la hora de inspeccionar envíos e interceptar mercancías ilegales, dijo el funcionario de la OMA.

La reducción de personal puso a los centros culturales en áreas aisladas, especialmente aquellos que previamente eran custodiados por comunidades locales, con mayor riesgo de saqueo.

Guido Lombardi, médico y antropólogo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, que se especializa en estudios de momias, dijo que recibió mensajes de texto anónimos en WhatsApp ofreciendo objetos saqueados para la venta, incluidas estatuillas de terracota que tienen cientos de años.

DESCONOCIMIENTO CULTURAL

Flavio Estrada, arqueólogo del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Lima que ayudó a investigar a Rivera en el 2017, dijo que los contrabandistas también comercializan piezas falsas, construidas con huesos de animales y papel maché.

En algunos casos, los entusiastas de los extraterrestres se aprovechan de la falta de comprensión de una práctica social documentada en la época precolombina que implicaba atar la cabeza de un niño y ovalar la forma del cráneo, dijo Lombardi.

"No existieron personas que nacieron así (...) como tratan de hacernos creer algunos de los 'teóricos' de los 'alienígenas ancestrales'", afirmó. "Hay toda una mitología contemporánea alrededor de este tema y eso genera un mercado", refirió.

Si bien la modificación craneal era una práctica en algunas de las culturas antiguas de Perú, Estrada dijo que es probable que los ladrones de tumbas alteraran los restos de Nazca para que parezca que tenían solo tres dedos en las manos y así atraer a quienes suscriben la existencia de extraterrestres.

Cerca de las antiguas líneas talladas en Nazca hay poca evidencia de protección más allá de unos pocos carteles gubernamentales que indican territorio cultural.

Pero en la carretera entre Nazca y Lima, muchos carteles publicitarios muestran platillos voladores y un simpático extraterrestre de dibujos animados a lo largo de la vía anunciando "helados Ovni".

En los últimos años, ha habido un cambio global hacia la exhibición de restos de pueblos indígenas. Museos de renombre han comenzado a repatriar cadáveres a sus países de origen.

Pero todavía hay demanda de restos y otros artefactos por parte de coleccionistas privados en Estados Unidos y Europa que buscan símbolos de estatus y entusiastas de los extraterrestres, dijeron diez expertos entrevistados por Reuters.

El funcionario de la OMA también citó un mercado en las redes sociales para comprar esqueletos y cueros cabelludos, cuya popularidad ha ido creciendo en los últimos diez años.

Impedir que los artículos saqueados salgan de Perú es un desafío. Perú comparte fronteras con cinco países y tiene 27 pasos fronterizos

ESFUERZO DIPLOMÁTICO

En el aeropuerto internacional de Lima, expertos del Ministerio de Cultura de Perú vigilan los puntos de control de seguridad en busca de material cultural sospechoso captado por escáner de rayos X.

Las autoridades confiscan entre cuatro y diez objetos al año, frente a 200 por mes en 2008, dijo Rolando Mallaupoma, analista de arqueología de la unidad de recuperación del Ministerio de Cultura.

Mallaupoma atribuye la disminución al trabajo del ministerio para educar a los vendedores en áreas turísticas sobre cómo identificar bienes culturales auténticos. La gran mayoría de los incidentes en el aeropuerto involucran a turistas, afirmó.

"En la mayoría de los casos lo que van a decir es que desconoce el patrimonio", dijo Mallaupoma. En este caso el artículo será confiscado y entregado al ministerio.

Ignacio Higueras, viceministro de Relaciones Exteriores, dijo a Reuters que es difícil dar cuenta de los materiales culturales robados una vez que salen de Perú.

La repatriación de restos que salen de contrabando requiere una amplia diplomacia, así como documentación para demostrar su origen y significado cultural, dijo Centurión del Ministerio de Cultura de Perú.

El Ministerio de Cultura dijo que conocía al menos 12 conjuntos de restos traficados a Argentina, Brasil, Dinamarca y Estados Unidos entre 2012 y 2021. Perú repatrió a otros 32 durante ese tiempo.

En febrero de 2022, los trabajadores de DHL interceptaron un envío con destino a Estados Unidos de un cráneo humano camuflado con resina y anteojos en el aeropuerto internacional de Lima, y la policía interceptó una momia rumbo a Bolivia en la mochila de un motociclista repartidor por delivery en febrero de 2023.

Los funcionarios del Ministerio de Cultura también están investigando cómo los cuerpos exhibidos por Maussan terminaron en México y qué papel jugó Rivera para llevarlos allí.

Otros cuatro conjuntos de restos que Rivera afirma haber recuperado terminaron en la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica, a unas dos horas de las Líneas de Nazca, según profesores de la casa de estudios y Centurión.

Un grupo de investigadores de la universidad ha estado en un enfrentamiento de cuatro años con el Ministerio de Cultura por el acceso a los cuerpos.

El antropólogo Roger Zúñiga dijo que los investigadores se han negado a entregar los cuerpos porque intentan determinar su origen.

Si el Ministerio de Cultura peruano realmente quiere detener el tráfico de artefactos culturales, por lo menos las autoridades deberían hacer una redada "esporádica, sorpresiva" en áreas conocidas por el robo de tumbas, manifestó Zúñiga.

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