La minería pone en peligro a los grandes simios africanos
Las materias primas producidas por esta actividad,
como el litio, el níquel o el cobalto, son utilizadas actualmente para la
fabricación de multitud de productos tecnológicos. Según una nueva
investigación, más de un tercio de la población de gorilas, bonobos y
chimpancés de este continente se enfrenta a riesgos relacionados con la
extracción de los recursos mineros.
La minería en África se está extendiendo para crear
recursos y fabricar desde aparatos electrónicos, a motores de aviones o incluso
para la transición a gran escala hacia una energía más limpia. Esta práctica
produce deforestación y acaba con el hábitat natural de los grandes simios y
otras especies, lo que impacta en sus poblaciones.
Un estudio publicado en la revista Science Advances
asegura que las consecuencias para estos seres vivos son más graves de lo que
se había estimado hasta ahora.
“El mayor solapamiento espacial entre zonas mineras
y áreas importantes para los grandes simios lo hemos documentado en África
Occidental. Concretamente, en los países de Liberia, Sierra Leona, Mali y
Guinea, donde coinciden regiones de alta densidad de chimpancés y minería,
incluidas zonas que aíslan las poblaciones de 10 y 50 kilómetros”, explica a
SINC Jessica Junker, del Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la
Biodiversidad (iDiv), la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg (MLU), en
Alemania ,y la organización conservacionista sin ánimo de lucro Re:wild, instituciones
que lideran al trabajo.
El mayor solapamiento espacial entre zonas mineras y
áreas importantes para los grandes simios lo hemos documentado en África
Occidental
Por ejemplo, Guinea es el país con el mayor
solapamiento entre proyectos mineros y hábitats de chimpancés, que estaría
afectando directa o indirectamente a más de 23.000 ejemplares, con un impacto
potencial de hasta el 83 % de la población de chimpancés de Guinea.
En toda África, se estima que más de un tercio de
toda la población de grandes simios está en riesgo —cerca de 180.000 gorilas,
bonobos y chimpancés—.
Impactos
directos e indirectos
El equipo de investigación utilizó datos sobre zonas
mineras operativas y preoperativas en 17 naciones africanas y trazaron espacios
de 10 km para tener en cuenta los impactos directos, como la destrucción del
hábitat y la contaminación lumínica y acústica.
En toda África, se estima que cerca de 180.000
gorilas, bonobos y chimpancés están en riesgo por la actividad minera
Además, definieron otras áreas de 50 km para los
impactos indirectos que tienen en cuenta el aumento de la actividad humana
cerca de estas explotaciones: se construyen nuevas carreteras e infraestructura
para acceder a estas zonas que alguna vez fueron remotas, y muchas personas migran
también en busca de empleo.
Todas estas prácticas aumentan la presión sobre los
grandes simios y su hábitat a través del aumento de la caza, la pérdida de
hábitat y un mayor riesgo de transmisión de enfermedades.
Al integrar todos los datos de distribución de la
densidad de los grandes simios, los científicos estudiaron cuántos podrían
verse afectados negativamente por la minería y mapearon estas áreas. En
general, las zonas más sensibles, las que tienen densidades relativamente altas
de simios y minería, no están protegidas.
Instamos a las empresas mineras a que lleven un
registro de las plantas y animales de la zona afectada antes de empezar a
explotar
“Uno de los
grandes problemas que tenemos es que no siempre sabemos qué especies se ven
afectadas por estos proyectos, porque su impacto no siempre está debidamente
documentado. Por eso instamos a las empresas mineras a que lleven un registro
de las plantas y animales de la zona afectada antes de empezar a explotar, y a
que los controlen periódicamente durante su actividad. De este modo, podrán
reducir más eficazmente su impacto sobre el medio ambiente”, reclama la
investigadora.
Mayor
trasparencia en las empresas mineras
El equipo señala en el trabajo que, debido a que las
empresas mineras no están obligadas a poner a disposición del público los datos
sobre biodiversidad, el verdadero impacto de la minería en la biodiversidad y
en los grandes simios, en particular, puede ser aún mayor.
“Existen varios mecanismos para incentivar a las
empresas a reducir su impacto medioambiental y social. Sin embargo, un problema
recurrente es que las compañías mineras suelen ocuparse solo de los impactos
directos, descuidando los indirectos o los que no se producen durante la
exploración”, apunta Junker.
La científica enfatiza que la información que se
tiene actualmente es una imagen incompleta: “Abogamos por una mayor
transparencia en el sector minero e instamos a los bancos prestamistas,
incluido el Banco Mundial, a que garanticen la accesibilidad de los datos
medioambientales. En concreto, proponemos que los proyectos apoyados por el
Banco Mundial compartan los datos de los estudios sobre simios en una
plataforma centralizada como la base de datos A.P.E.S.”.
Según la experta, las empresas pueden estar
limitando las consecuencias de su actividad a los topes de los arrendamientos
mineros, pasando por alto el entorno. Además, subestiman a menudo el plazo de
aplicación de las estrategias de mitigación, lo que puede obstaculizar la
recuperación de la población
“Instamos a empresas, prestamistas y naciones a
reconsiderar las inversiones en actividades de exploración dentro de regiones
biodiversas, haciendo hincapié en la importancia de conservar las zonas
vírgenes. Además, es imperativo un cambio social, para reevaluar nuestros
hábitos. Es crucial que todo el mundo adopte una mentalidad de reducción del
consumo y responsables políticos deben promulgar políticas de reciclaje más
eficaces para facilitar la reutilización sostenible de los metales”, subraya.
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