“El Sol es una simulación”

 

Los detractores de las vacunas y terraplanistas han pasado de moda. El teórico de la conspiración à la page milita hoy en las filas de los “no sol” (el neologismo es nuestro), los escépticos que empiezan a notar que algo va mal con nuestro sol. Es difícil decir cómo empezó la tendencia. Quizá era cuestión de tiempo: una vez extinguido el interés por nuestro planeta, era fisiológico empezar a investigar las sórdidas maquinaciones que envuelven a las estrellas. O, más probablemente, se trate del efecto del eclipse que acaba de tener lugar (y que parece haber desencadenado todo tipo de conspiraciones). El caso es que en las últimas semanas, las redes sociales se han llenado de teorías disparatadas sobre el Sol: que ya no es tan amarillo como antes, o que de repente lo ignoran los girasoles. ¿Que ya no es el Sol que conocíamos? ¿O que incluso es una simulación?

Los conocedores de Internet saben que las teorías de la conspiración son un fenómeno en constante evolución. La que concierne al Sol tiene orígenes lejanos, y parece enriquecerse constantemente con nuevos desarrollos. Como señala un artículo de Rolling Stone, ya en 2012, por ejemplo, la gente empezó a investigar en YouTube el misterioso cambio de color del Sol. Ese Sol que sabíamos que era amarillo, como lo dibujamos miles de veces de niños, y que hoy, en cambio, aparece blanco en el cielo e incluso un poco más grande de lo que lo recordábamos.

La opinión común entre quienes se adhieren a esta teoría es que entre nuestra infancia y hoy, en los últimos 20 años digamos, algo ha cambiado. Sobre qué se puede debatir, pero el hecho de que el Sol haya perdido sus tonalidades amarillentas, y brille hoy deslumbrantemente blanco, parece ser un hecho. Corroborado por múltiples tuits y videos TikTok, acompañados de fotos y videos “incontrovertibles”.

Otra pista interesante que ha surgido recientemente tiene que ver con los girasoles. Como sabes, estas flores son famosas por su heliotropismo, o más bien por la peculiar característica de seguir la trayectoria del Sol en el cielo a lo largo del día, de modo que la flor siempre apunta en la dirección de nuestra estrella. Según un video de TikTok que acumula hasta la fecha más de 69,000 likes y unos cuantos miles de comentarios, las cosas han cambiado: como puede verse en las imágenes, los girasoles apuntan ahora obstinadamente en dirección contraria al Sol. Evidentemente, las plantas no se dejan engañar tan fácilmente.

Una opinión relativamente extendida entre los conspiranoicos es que las rarezas que ven en los cielos son el resultado de una operación secreta de la NASA (algunos la llaman Proyecto S.T.A.R.). Básicamente, se dice que la agencia espacial estadounidense ha colocado un proyector frente a nuestro Sol, de modo que lo que vemos es solo una imagen virtual, y no la luz directa procedente de nuestra estrella. También hay una fecha: el 25 de diciembre de 2021, cuando la NASA puso en órbita el telescopio James Webb, un simulador solar hecho pasar por un observatorio espacial. Todo encaja, porque aparentemente los espejos hexagonales del telescopio Webb, en realidad proyectores del Sol virtual, no podrían reproducir el amarillo natural de la estrella, sino sólo una luz blanca brillante, similar a la de los focos LED.

Se desconoce hasta qué punto estas teorías son auténticas y hasta qué punto se trata de hallazgos sarcásticos. Sin embargo, para cada una de las supuestas pistas aportadas en apoyo de la desaparición del Sol existen explicaciones absolutamente banales. Los girasoles, por ejemplo, solo muestran su heliotropismo en las primeras fases de crecimiento, cuando la flor es todavía un capullo. Una vez maduro, el girasol deja de girar y apunta obstinadamente hacia el Este durante el resto de su ciclo vital. Por tanto, si haces una foto en la segunda mitad del día, es normal ver todo un campo de girasoles maduros “mirando” en dirección contraria al Sol.

En cuanto al color del Sol, lo primero que hay que recordar es que es blanco. De este color lo veríamos si pudiéramos observarlo desde el espacio, como les ocurre, por ejemplo, a los astronautas en misiones a la Estación Espacial Internacional.

Sin embargo, si observamos el Sol desde la Tierra, sus rayos atraviesan nuestra atmósfera, que tiene la característica de dispersar la luz azul con más eficacia que la roja, lo que hace que el color del Sol se vuelva amarillo. El efecto es más pronunciado cuanto más bajo está el Sol en el horizonte, porque la luz tiene que atravesar una capa más gruesa de atmósfera. Por tanto, si lo observamos a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, aparecerá más amarillo, mientras que hacia el mediodía, en lo alto del cielo, tendrá un tono más cercano al blanco.

Esto, unido al hecho de que hoy en día todos tomamos fotos con las cámaras digitales de nuestros smartphones, que tienen colores diferentes a los de las cámaras analógicas de nuestra juventud, hace que uno pueda convencerse fácilmente de que algo ha cambiado en la tonalidad (o incluso en la forma) del Sol, si observas fotos tomadas a distintas horas del día y con dispositivos más modernos.

Otra posible explicación es que se trate de lo que se denomina “Efecto Mandela”, es decir, una falsa memoria colectiva; en nuestro caso, que en el pasado el Sol era más amarillo de lo que lo vemos hoy. El término Efecto Mandela es interesante, y se acuñó tras un suceso en el que participó la investigadora paranormal Fiona Broom. Hace aproximadamente una década, de hecho, Broom se dio cuenta de que recordaba vívidamente el anuncio de la muerte de Nelson Mandela en prisión en la década de 1980, durante su encarcelamiento en las prisiones sudafricanas. Un acontecimiento que nunca llegó a producirse, ya que Mandela salió de aquellas prisiones, fue elegido para dirigir su país y no murió hasta 2013. Interesada en averiguar si el suyo era un error aislado, Broom creó una página web para reunir a otras personas que, como ella, recordaban la muerte de Mandela en los años 80, encontrando miles de ellas.

Como investigadora de lo paranormal, Broom no se conformó con un falso recuerdo para explicar la historia, y especuló con que el efecto Mandela procede de alguna forma de viaje dimensional, que la llevó a ella y a otros que recuerdan la muerte de Mandela a vivir en un universo paralelo en el que nunca ocurrió. ¿Qué hay entonces del Sol Blanco? Por supuesto, también hay quien atribuye el cambio de color de nuestra estrella a los viajes dimensionales.

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