Venezuela, primer país que se queda sin glaciares

Venezuela ha perdido su último glaciar, convirtiéndose en el primer país en la historia moderna en ostentar este poco envidiable récord en el contexto de emergencia climática. A lo largo del último siglo, al menos cinco glaciares han desaparecido en el territorio venezolano debido al aumento de las temperaturas en los Andes, impulsado por el cambio climático. Investigaciones recientes indican que el país perdió el 98% de su superficie glaciar entre 1952 y 2019.

En 2011, el glaciar Humboldt, también conocido como La Corona, ya era el último glaciar en Venezuela. Sin embargo, se ha reducido tanto que los científicos lo han reclasificado como ‘nevero’, según informa The Guardian. Aunque no existe una norma universal para determinar el tamaño de una masa para contar como glaciar, está ampliamente aceptado que deben cubrir un mínimo de 10 hectáreas. En 2019, los científicos predijeron que el Humboldt podría desaparecer en dos décadas, pero en tan solo media década ya se ha reducido a menos de dos hectáreas.

Este glaciar estaba enclavado en el Parque Nacional de Sierra Nevada, a casi 5.000 metros sobre el nivel del mar. La vigilancia ha sido difícil debido a la complicada situación política de Venezuela, marcada por frecuentes apagones y escasez de recursos. Sin embargo, algunos científicos han mantenido registros de datos y vigilado el cambio de las temperaturas y la vida vegetal en la región. Alejandra Melfo, profesora de física de la Universidad de los Andes, explicó en redes sociales que “los páramos se están calentando, el cambio climático es real y tenemos que documentarlo. El glaciar desaparecerá del todo y tenemos que estar allí cuando lo haga”.

Con la desaparición del glaciar, se espera que la superficie helada dé paso a nueva vegetación, creando nuevos ecosistemas para la flora y la fauna. Aún está por verse la rapidez con la que se formará nuevo suelo donde se ha derretido el hielo y si las especies vegetales y animales podrán adaptarse a las nuevas condiciones.

Venezuela nunca llegó a aprovechar plenamente los glaciares de las cumbres de la Sierra Nevada para el esquí, pese a contar con picos que alcanzan casi los 5.000 metros de altura. Durante los años cincuenta y sesenta, una de las cinco pistas de esquí más altas del mundo se encontraba en Pico Espejo, en la Sierra Nevada de Mérida. Incluso se organizaron dos campeonatos de esquí allí, en 1956 y 1961. El estadio de competición se extendía más de 200 metros en el glaciar de Pico Espejo, desde la cota 4.850 hasta los 4.600 metros sobre el nivel del mar. Aunque el entusiasmo fue grande, la nieve dejó de aparecer con frecuencia una década después, y las condiciones no eran óptimas debido a las grandes variaciones de temperatura, que afectaban la calidad de la nieve. Así que el esquí duró poco en Sudamérica.

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