Así mataron a las dos últimas alcas gigantes (y aplastaron uno de sus huevos) hace 120 años
3 de junio de 1844 – Islas Eldey, Islandia
En un lamentable momento en la historia de la
conservación, hoy se ha confirmado la extinción del Gran Alca (Pinguinus
impennis), una especie de ave no voladora única, habitante de los mares del
Atlántico Norte. Los últimos dos ejemplares conocidos fueron cazados en las
Islas Eldey, cerca de la costa de Islandia.
Esto marca la pérdida de una especie y el cierre de
un capítulo en la biodiversidad del Atlántico. El Gran Alca, conocido por su
tamaño similar al de un pingüino y su distintivo pico grueso y rayado, había
sido objeto de caza intensiva durante siglos. Sus huevos, plumas y carne la
convirtieron en un recurso valioso, pero también en un blanco para la
extinción.
El biólogo marino, Dr. Jonas Halldórsson, expresó su
tristeza ante este acontecimiento: "La extinción del Gran Alca es un
recordatorio sombrío de cómo las actividades humanas pueden alterar
irrevocablemente el equilibrio natural. Perdemos no solo una especie, sino el
papel integral que desempeñaba en los ecosistemas marinos".
La caza del Gran Alca fue motivada por la creciente
demanda de colecciones de museo y curiosidades privadas, exacerbando su declive
hasta el punto de no retorno. Este trágico fin resalta la importancia de las
leyes de conservación y protección de especies en peligro que hoy conocemos.
Con la desaparición de las grandes alcas, queda una
lección invaluable sobre la fragilidad de la naturaleza frente a la
intervención humana. Se insta a las futuras generaciones a recordar y aprender
de esta pérdida para evitar tragedias similares en el mundo natural.
¿Qué era una alca?
El alca gigante, también conocida como "Gran
Alca" (Pinguinus impennis), era una especie de ave no voladora que
habitaba en el Atlántico Norte, desde la costa este de Canadá hasta Islandia,
incluyendo partes de las Islas Británicas y Groenlandia. Esta ave, a menudo
comparada con los pingüinos por su apariencia y hábitos, fue víctima de la extinción
a mediados del siglo XIX.
Características del alca gigante:
Apariencia: El alca gigante tenía un cuerpo robusto
y medía aproximadamente 75 cm de longitud. Poseía un plumaje negro en la parte
superior y blanco en la parte inferior, con un distintivo pico grande y robusto
que presentaba líneas verticales blancas y grises durante la temporada de
reproducción.
Hábitos: Aunque no podía volar debido a sus alas
pequeñas y robustas, era una excelente nadadora y buceadora, adaptada para
capturar peces y otros invertebrados marinos.
Reproducción: Anidaba en colonias densas en islas y
acantilados costeros, donde ponía un solo huevo cada temporada de reproducción
sobre el suelo desnudo o entre las rocas.
Causas de la extinción:
La extinción del alca gigante fue resultado directo
de la explotación humana. Fue cazada intensivamente por su carne, huevos y
plumas. Además, los coleccionistas de especímenes del siglo XIX y los museos
aumentaron la demanda de ejemplares disecados, lo que aceleró su desaparición.
El último par conocido fue asesinado en 1844 en las Islas Eldey, Islandia.
La historia del alca gigante es un ejemplo temprano
de cómo la actividad humana puede llevar a una especie a la extinción,
destacando la necesidad de medidas de conservación para proteger a otras
especies vulnerables.
¿Cómo fue la muerte de las últimas dos alcas
gigantes?
La muerte del
último par conocido de alcas gigantes ocurrió el 3 de junio de 1844 en las
Islas Eldey, un pequeño archipiélago cerca de la costa de Islandia. Este
trágico evento es especialmente notable porque se documentó con precisión y
marcó el final definitivo de la especie.
Detalles de la caza:
Motivación: Los cazadores estaban específicamente en
busca de estos ejemplares por encargo de un coleccionista. En esa época, a
medida que la especie se volvía más rara, los ejemplares disecados y los huevos
se volvían extremadamente valiosos para los coleccionistas y los museos.
Método: El último par de alcas gigantes fue cazado a
tiros por los cazadores islandeses Sigurður Ísleifsson y Ketill Ketilsson.
Estos hombres, conscientes de la rareza de las aves, las mataron con la
intención de venderlas.
Además del adulto hembra y el macho, también se tomó
un huevo, que fue aplastado en el proceso. Los cuerpos de las aves fueron
vendidos y finalmente terminaron en museos europeos, y el último huevo conocido
de alca gigante se conserva en el Museo de Historia Natural de Móðruvellir en
Islandia.
La extinción de las alcas gigantes se convirtió en
un símbolo temprano de la influencia destructiva del ser humano sobre la
biodiversidad. La historia de estas últimas alcas gigantes sirve como
recordatorio de la necesidad de proteger las especies en peligro de extinción y
de los efectos irreversibles que puede tener la actividad humana sobre otras
especies.
Apenas hace 180 años la humanidad contaba con esta
especie, pero acabó con ella.
La desaparición de las alcas subraya la importancia
de las leyes y regulaciones de conservación que surgieron en los años
siguientes para prevenir futuras extinciones causadas por actividades
similares.
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