La radiación cósmica destroza los riñones de los astronautas
La NASA está planeando una nueva era de exploración espacial. Prueba de ello es el Programa Artemis, cuyo principal objetivo es llevar de nuevo al ser humano a la Luna tras más de cinco décadas sin pisarla. Sin embargo, en el horizonte se atisba un objetivo mucho mayor. Hablamos, cómo no, de que un astronauta pueda caminar sobre la superficie de Marte.
Sin embargo, se trata de un desafío de dimensiones
colosales. No solo por la distancia que separa la Tierra de Marte (unos 225
millones de kilómetros, aunque hay momentos en los que es mayor debido a la
posición de sus órbitas), lo que implicaría un viaje de seis meses de ida y
otros seis meses de vuelta. También por la logística que sería necesaria y por
las condiciones de la atmósfera marciana, que son muy diferentes a las
terrestres. Para hacernos una idea, basta con decir que su densidad es un 99 %
inferior a la nuestra.
La falta de densidad de la atmósfera de Marte
respecto a la terrestre hace que sea incapaz de filtrar la radiación cósmica y
de proteger a los seres humanos que lleguen a su superficie. En este sentido,
un reciente estudio publicado en la revista Nature ha revelado que los
astronautas que viajen al planeta rojo podrían enfrentarse a graves riesgos para
su salud por este motivo, particularmente en lo que respecta al funcionamiento
de sus riñones.
Los investigadores han descubierto que incluso
viajes relativamente cortos al espacio pueden causar daños en los órganos
internos de los astronautas. Un equipo de científicos llevó a cabo experimentos
para simular las condiciones de un viaje a Marte y observaron un deterioro
notable en la función renal. "Hemos visto que la radiación cósmica puede
tener efectos devastadores en los riñones, provocando desde fallos renales
hasta daños irreparables en los tejidos", comentó uno de los participantes
en el estudio en una nota de prensa.
"Los niveles de radiación que se esperan
durante un viaje a Marte son suficientes para causar un daño significativo a
los riñones y a otros órganos vitales", señalaron también los
investigadores. Para llegar a esta conclusión, los científicos utilizaron tejidos
humanos y animales cultivados en laboratorio para evaluar el impacto de la
radiación. Como se refleja en sus palabras, los resultados fueron bastante
preocupantes.
Conviene aclarar que la radiación cósmica es una
forma de radiación ionizante que proviene del espacio exterior. Al estar fuera
del campo magnético de la Tierra, los astronautas quedan expuestos a niveles
mucho más altos. Este tipo de radiación es capaz de penetrar profundamente en
los tejidos del cuerpo, causando daños muy graves a nivel celular y molecular.
Estos hallazgos tienen importantes implicaciones
para futuras misiones a Marte. De hecho, los planes actuales de enviar
astronautas al planeta rojo a partir de la década de 2030 podrían tener que
reevaluarse. La NASA y otras agencias espaciales están trabajando en
desarrollar medidas de protección más eficaces, como escudos de radiación
avanzados y medicamentos que puedan mitigar los efectos de la exposición a la
radiación.
Además de los daños renales, la radiación cósmica
puede causar otros problemas de salud graves, como cáncer y enfermedades
cardiovasculares. "Es crucial que encontremos soluciones a estos desafíos
si queremos que las misiones a Marte sean seguras para los astronautas",
concluyó un portavoz de la NASA.
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