La NASA investiga unas misteriosas señales de radio procedentes del Sol
La superficie del Sol según los científicos de la
NASA, estalla con regularidad en fenómenos espectaculares como eyecciones de masa
coronal (CME) y llamaradas solares, que nos asombran con sus poderosas
exhibiciones. Sin embargo, estas formas de actividad solar también producen
algo más sutil que ha intrigado a los científicos durante décadas: misteriosas
señales de radio que, desde su observación inicial, han sido difíciles de
localizar con precisión.
Los científicos han determinado que la fuente de
estas explosiones de radio se encuentra dentro de las eyecciones de masa
coronal. Estas erupciones solares son de una magnitud enorme, expulsando miles
de millones de toneladas de material al espacio y pudiendo empequeñecer a un
planeta fácilmente, extendiéndose a medida que viajan y, en ocasiones,
abarcando una cuarta parte del espacio entre el Sol y la Tierra. Este fenómeno
presenta un desafío significativo para los científicos, ya que localizar el
origen exacto de las señales de radio dentro de una CME es extremadamente
complicado debido a la vasta extensión de estas erupciones.
Para abordar este enigma, la NASA ha lanzado una
nueva misión llamada Experimento de Interferometría de Radio CubeSat (CURIE).
Esta misión busca investigar las ráfagas de radio mediante el despliegue de un
par de pequeños satélites en órbita alrededor de la Tierra que medirán las
señales de radio por separado. La misión CURIE es ambiciosa y promete
revolucionar nuestra comprensión de la radioastronomía en el espacio.
David Sundkvist, investigador principal de CURIE y
afiliado a la Universidad de California en Berkeley, describió la misión como
un pionero para la radioastronomía en general, destacando que es la primera vez
que un radiointerferómetro se opera en el espacio de manera controlada.
La misión CURIE consiste en dos cubesats gemelos,
satélites extremadamente pequeños, del tamaño de una caja de zapatos, que
fueron lanzados en órbita a bordo del cohete Ariane 6 de la Agencia Espacial
Europea. Estos satélites serán desplegados a unas 360 millas sobre la
superficie de la Tierra. Equipados con antenas duales de ocho pies, los
satélites podrán escanear ondas de radio entre 0,1 y 19 megahercios,
frecuencias que de otro modo serían absorbidas por la atmósfera superior de la
Tierra.
Las señales procedentes del Sol son un misterio para
los científicos de la NASA
Además, los satélites serán desplegados a una
distancia de aproximadamente tres kilómetros entre sí. Midiendo las diferencias
extremadamente pequeñas en el tiempo que tardan las señales de radio en llegar
a cada satélite, los científicos esperan calcular con gran precisión de dónde
provienen estas señales. Este método permitirá a los científicos obtener datos
mucho más detallados y precisos sobre las eyecciones de masa coronal y su
relación con las ráfagas de radio.
El interés en los detalles de los fenómenos solares
como las eyecciones de masa coronal va más allá de la curiosidad científica.
Estos eventos, además de lanzar enormes cantidades de material solar, también
emiten potentes campos magnéticos que pueden afectar a los planetas del sistema
solar de maneras que aún no comprendemos completamente.
En la Tierra, estos campos magnéticos pueden causar
estragos en nuestra atmósfera, a veces creando efectos visualmente
impresionantes como las auroras boreales, pero también pueden alterar
gravemente la infraestructura electrónica y las comunicaciones. Las eyecciones
de masa coronal son difíciles de predecir y su relación exacta con las
erupciones solares, que envían potentes ráfagas de radiación al espacio, sigue
siendo un área de investigación activa para los científicos.
CURIE representa un paso audaz hacia adelante en la
observación espacial de nuestro Sol y se espera que allane el camino para una
mayor comprensión del papel que las erupciones solares juegan en el sistema
solar. Con esta misión, los científicos esperan desentrañar algunos de los
misterios que aún rodean a estas explosiones solares y las señales de radio
asociadas. Los avances en esta área podrían tener implicaciones significativas
para nuestra capacidad de predecir y mitigar los efectos de las tormentas
solares en la Tierra.
La misión CURIE es un ejemplo del ingenio y la
perseverancia de la comunidad científica en su búsqueda de comprender mejor el
universo. A medida que los pequeños satélites de la misión comienzan su
trabajo, los científicos de todo el mundo esperan con anticipación los datos
que proporcionarán y los descubrimientos que seguirán. Las señales de radio del
Sol, que durante tanto tiempo han sido un enigma, podrían finalmente revelar
sus secretos gracias a esta innovadora misión de la NASA en el sistema solar.
El despliegue exitoso de los cubesats y la
recolección de datos precisos sobre las señales de radio marcan un hito
significativo en la radioastronomía espacial. La capacidad de medir las ondas
de radio desde el espacio, sin la interferencia de la atmósfera terrestre,
permitirá a los científicos obtener una visión más clara y detallada de las
eyecciones de masa coronal y su impacto en el sistema solar. Esta nueva
información podría ser crucial para desarrollar mejores modelos predictivos y
estrategias de mitigación para las tormentas solares, protegiendo así nuestra
infraestructura electrónica y de comunicaciones.
La misión CURIE no solo es un logro técnico
impresionante, sino también un testimonio del espíritu colaborativo de la
ciencia moderna. Al combinar recursos y conocimientos de diferentes
organizaciones y países, los científicos están empujando los límites de lo que
es posible en la exploración espacial. La misión CURIE, con sus pequeños pero
poderosos satélites, está preparada para hacer grandes contribuciones a nuestra
comprensión del Sol y su comportamiento, beneficiando tanto a la ciencia como a
la sociedad en general.
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