China completa su primer vuelo espacial con aterrizaje vertical
El dueño de SpaceX tiene cada vez más competencia en el sector aeroespacial y en su misión, casi ya personal, de conseguir cohetes y naves espaciales reutilizables. Un buen ejemplo de ello es el vehículo chino Zhuque-3.
SpaceX, la empresa aeroespacial de Elon Musk, es
probablemente el nombre que más resuena en el sector. Gracias a esta compañía
se ha demostrado que sí es posible reutilizar partes de los vehículos que se
lanzan a la órbita terrestre. Sin embargo, este gigante tecnológico todavía
sigue peleándose por cumplir con uno de sus principales objetivos: hacer
reusables las naves.
En este terreno, su Starship avanza lenta, pero
segura. Y además tiene que enfrentarse a estrictas normas de seguridad, normas
que ahora la han dejado en tierra otros dos meses más antes de su quinto vuelo
de prueba. Otro problema es que Musk no es el único que está invierto cientos
de horas —y dólares— para lograr semejante hazaña. Sin ir más lejos, en España
tenemos nuestro propio proyecto de cohete reutilizable gracias a la empresa PLD
Space y su Miura.
China lleva tiempo investigando sobre la
reusabilidad de los vehículos espaciales. Este miércoles, el cohete Zhuque-3,
fabricado en el país asiático, completó con éxito una prueba que incluyó
despegue, apagado del motor, planeo sin potencia, reinicio del motor en vuelo y
aterrizaje suave.
Este hito tecnológico representa un avance
importante en el sector de la exploración espacial y posiciona a China como uno
de los líderes en el desarrollo de cohetes reutilizables.
China quiere ganarle la carrera espacial a la NASA:
el país lanza un satélite a la Luna para recoger muestras de la cara oculta
Zhuque-3 es un cohete de prueba de una sola etapa a
base de metano y oxígeno líquido. Tiene un diámetro de 3,35 metros, alcanza una
longitud de 18,3 metros y mueve una masa de despegue de aproximadamente 68
toneladas. Su cuerpo es de acero inoxidable de alta resistencia y está equipado
con tres juegos de patas de amortiguación para el aterrizaje.
Durante la prueba, el cohete ascendió hasta los 10
kilómetros de altitud, cumpliendo así las expectativas de vuelo de la empresa
responsable de su desarrollo.
El vuelo incluyó diversas fases críticas que
demostraron la capacidad del cohete para apagar y reanudar su motor en pleno
vuelo, una particularidad a destacar que no todos los cohetes reutilizables
poseen ni han logrado hasta la fecha.
Esta es la segunda vez que el cohete Zhuque-3
realiza una prueba de despegue y aterrizaje vertical con éxito, consolidando de
este modo su capacidad de recuperación y reutilización.
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