La acumulación de sal provocó la extinción de la vida en el Mediterráneo hace de 5 millones de años
Hace 5,5 millones de años, el mar Mediterráneo se separó del océano Atlántico como consecuencia de movimientos tectónicos. Este fenómeno dio lugar a una gran acumulación de sal bajo el mar Mediterráneo que transformó radicalmente su biodiversidad.
Ahora, un equipo internacional liderado por
Konstantina Agiadi, de la Universidad de Viena, y en el que participa personal
investigador de Geociencias Barcelona (GEO3BCN) y el Instituto de Ciencias del
Mar (ICM), ambos del CSIC, cuantifica por primera vez cómo la salinización del
Mediterráneo afectó a la biota marina: solo el 11 % de las especies endémicas
sobrevivieron a la crisis y la biodiversidad no se recuperó hasta al menos 1,7
millones de años después. Los resultados se han publicado en la revista
Science.
Los movimientos de la litosfera (la capa más sólida
y superficial de la Tierra) a lo largo de la historia han llevado repetidamente
al aislamiento de mares regionales del océano mundial y a la acumulación masiva
de depósitos salinos, dando lugar al fenómeno conocido como ‘gigantes de sal’.
Los geólogos y geólogas han encontrado gigantes de
sal de miles de kilómetros cúbicos en Europa, Australia, Siberia, Oriente Medio
y otras regiones. Estas acumulaciones de sal son valiosos recursos naturales y
han sido explotadas desde la antigüedad hasta hoy en minas de todo el mundo
(por ejemplo, en la mina de Hallstatt en Austria o la mina de sal de Khewra en
Pakistán).
El gigante de sal del Mediterráneo es una capa
salina de un kilómetro de espesor bajo el mar Mediterráneo, que fue descubierta
por primera vez a principios de la década de 1970. Se formó hace unos 5,5
millones de años debido a la desconexión del Atlántico durante la Crisis de
Salinidad del Messiniense.
Después de varias décadas de meticulosa
investigación sobre fósiles datados entre 12 y 3,6 millones de años encontrados
en tierra en países peri-mediterráneos y en núcleos de sedimentos de aguas
profundas, el equipo descubrió que casi el 67 % de las especies marinas en el
mar Mediterráneo después de la crisis eran diferentes a las que existían antes
de la misma.
Solo 86 de las 779 especies endémicas (documentadas
exclusivamente en el Mediterráneo antes de la crisis) sobrevivieron al enorme
cambio en las condiciones de vida tras la separación del Atlántico.
La restricción de los estrechos entre el
Mediterráneo y el Atlántico resultó en fluctuaciones abruptas de salinidad y
temperatura, además de alterar las rutas de migración de los organismos
marinos, el flujo de larvas y plancton, y perturbó procesos centrales del
ecosistema.
Debido a estos cambios, una gran parte de la fauna
del Mediterráneo de esa época, como los corales tropicales constructores de
arrecifes, se extinguieron. Tras la reconexión con el Atlántico y la
colonización de nuevas especies del océano como el tiburón blanco y los
delfines oceánicos, la biodiversidad marina del Mediterráneo presentó un nuevo
patrón, con un número de especies que disminuye de oeste a este, como ocurre
hoy en día.
Dado que los mares periféricos como el Mediterráneo
son importantes puntos de biodiversidad, existía una alta probabilidad de que
la formación de gigantes de sal a lo largo de la historia geológica tuviera un
gran impacto, pero no se había cuantificado hasta ahora. “Nuestro estudio
proporciona el primer análisis estadístico de una crisis ecológica tan
importante”, explica Konstantina Agiadi.
Además, también cuantifica por primera vez los
tiempos de recuperación después de una gran crisis ambiental marina, que son
mucho más prolongados de lo esperado: “La biodiversidad en términos de número
de especies solo se recuperó después de más de 1,7 millones de años”, señala la
geocientífica.
Los métodos utilizados en el estudio también
proporcionan un modelo que conecta la tectónica de placas con el nacimiento y
muerte de los océanos, la acumulación de sal y la vida marina. Se trata de un
modelo que podría ser aplicable a otras regiones del mundo.
“Los resultados plantean nuevos desafíos”, afirma
Daniel García-Castellanos, investigador de Geociencias Barcelona
(GEO3BCN-CSIC), quien es también autor de este estudio: “¿Cómo y dónde
sobrevivió el 11 % de las especies a la salinización del Mediterráneo? ¿qué
efecto tuvo eliminar del océano global el 5% de la sal disuelta en él? ¿cómo
cambiaron los ecosistemas y el Sistema Tierra debido a formaciones de sal
mayores en el pasado geológico?”.
Los resultados plantean nuevos desafíos: ¿cómo y
dónde sobrevivió el 11 % de las especies a la salinización del Mediterráneo?
¿qué efecto tuvo eliminar del océano global el 5% de la sal disuelta en él?
Marta Coll, investigadora del Instituto de Ciencias
del Mar (ICM-CSIC) y coautora del trabajo, añade: “Este estudio proporciona
también información muy relevante sobre cómo los procesos del pasado remoto han
podido influenciar los patrones de la biodiversidad marina que observamos en la
actualidad y plantean nuevas cuestiones aún sin resolver”.
Estas cuestiones podrán ser abordadas en la red de
Acción COST, denominada “SaltAges”, que comenzará en octubre con fondos de la
Comisión Europea y donde todos los investigadores e investigadoras están
invitados a explorar los impactos sociales, biológicos y climáticos de las eras
de sal.
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