La increíble teoría de que una base alienígena está protegiendo una ciudad mexicana

 

Según la leyenda local, la ciudad de Tampico, en México, ha estado protegida de huracanes y otras tormentas peligrosas durante más de 50 años por extraterrestres que vigilan la Tierra desde una base submarina escondida a unos cuantos kilómetros de la playa de Miramar llamada Amupac. 

Si bien los rumores de protectores extraterrestres submarinos no están probados, lo que es seguro es que la tormenta tropical Karl dio un giro brusco alejándose de esa parte de la costa y se conectó más al sur en la costa del Golfo de México, causando inundaciones en algunos lugares y provocando una muerte.

Los fenómenos meteorológicos extremos siguen sin afectar a estas ciudades, lo que alimenta la leyenda y convierte a Madero y Tampico en el epicentro de la cultura extraterrestre en México.

En los alrededores de la playa Miramar, en particular, la leyenda de Amupac se ha convertido en un importante motor de la economía y una de las principales razones por las que algunos turistas acuden en masa a la zona. 

Los restaurantes llevan nombres de marcianos y los puestos de souvenirs venden peluches de extraterrestres junto a camisetas con platillos voladores y hombres verdes que se jactan de ser la Playa Protegida.

Cuando Beatriz García, una vecina de 71 años era una niña que crecía en el extremo sur del estado fronterizo de Tamaulipas, vivió grandes huracanes que devastaron ambas ciudades en 1955 y 1966. 

Pero los huracanes dejaron de asolar su parte de México repentinamente después de un misterioso evento que cambió su vida.

García dijo que ella y un amigo vieron varios objetos voladores en “una formación en el cielo”, una noche de 1967. Ella se lo contó a su familia después, quienes le restaron importancia y sugirieron que eran simplemente aviones. 

“Pero no podían ser aviones debido a cómo se manifestaban, e incluso a la formación: [los aviones] no hacen eso. Eran lentos y había muchos”.

Pero aunque su familia no vio los extraños objetos voladores que se movían al unísono, muchos otros sí.

Muchos dicen que lo han visto

Al día siguiente, el 7 de agosto de 1967, el periódico local El Sol de Tampico publicó una noticia con el titular Platillos Voladores Sobre Tampico. 

El artículo afirmaba que “miles de habitantes” presenciaron el fenómeno aéreo y citaba al oficial de la torre de control del aeropuerto local, quien supuestamente contó “nueve objetos no identificados”.

“Vinieron de allá, aparentemente rumbo al mar”, dijo García, señalando desde Tampico y Madero, hacia las aguas de Playa Miramar.

García asistía a un evento en la playa llamado El Día OVNI Tamaulipas el 25 de octubre, un día festivo no oficial en el estado, llamado así por el acrónimo en español de Objeto Volador No Identificado. 

Vestía una camiseta teñida adornada con un platillo volador y la palabra «believe» en el frente. 

Su hija adulta la acompañaba, luciendo aretes con forma de pequeñas cabezas verdes de extraterrestres. No parecían fuera de lugar entre el grupo de entusiastas de los extraterrestres.

Un grupo pro OVNI

El evento fue organizado por un grupo de autoproclamados investigadores extraterrestres llamado Asociación de Investigación Científica OVNI de Tamaulipas (AICOT) y se llevó a cabo en un pequeño enclave frente al paseo marítimo de la Playa Miramar, pintado con un mural del mar. 

El grupo colocó varias imágenes ampliadas de OVNI en caballetes y dio una serie de conferencias cortas sobre avistamientos recientes, el supuesto contacto de las antiguas civilizaciones mesoamericanas con extraterrestres y la leyenda de la base extraterrestre submarina, Amupac. 

No todos en la región creen en las afirmaciones de AICOT o aprueban su promoción de la existencia de Amupac, pero se han convertido en un importante punto de referencia para los entusiastas de los extraterrestres en el área y en todo México.

Juan Carlos Ramón López, fundador y presidente del grupo, es una figura muy conocida en la escena extraterrestre de México. 

Este le dijo a la prensa local que visitó Amupac hace casi una década, durante una meditación guiada el 19 de julio de 2013, utilizando lo que él llamó su “cuerpo astral”, que es distinto del físico.

Amupac, dijo, es “intraterrestre” y “multidimensional”, aparentemente hecho de cristal y algunos metales, y habitado por seres de casi 3 metros de alto, delgados y de piel clara que tenían una “conciencia” más evolucionada, con “energía irradiando por todo el lugar”.

“La información que yo recibí en este lugar es que ellos están monitoreando esta etapa de este planeta”, dijo López. “Y bueno, para mí en particular puedo deducir que son psicólogos, científicos que están conectados en esta realidad, pero viven en el espacio del no tiempo”.

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