La Luna se está alejando de la Tierra
La Luna se aleja imperceptiblemente de la Tierra, a
una velocidad aproximada de 3,82 centímetros por año, hasta que llegará el día
en que desaparezca de la vista humana y se lleve la fascinación y el misticismo
que inspira.
La fricción generada entre la superficie terrestre y
los océanos provoca que la rotación de la Tierra sobre su eje se desacelere
gradualmente y el satélite terrestre se distancie a un ritmo constante.
Si bien el proceso es lento y se inició junto con la
formación de nuestro planeta, la distancia creciente entre ambos cuerpos
celestes podría modificar significativamente la percepción de la Luna en el
cielo a lo largo de millones de años.
Sarah Romero, periodista científica de la revista
Muy Interesante, calculó que, a este ritmo de distanciamiento, aunque lento, la
Luna podría dejar de ser visible a simple vista en un horizonte temporal de
unos 50.000 millones de años.
Desde tiempos antiguos, la Luna ha sido un
componente fundamental en la vida y los ciclos de nuestro planeta. Sin embargo,
un fenómeno natural pone en riesgo su visibilidad futura. A medida que la
rotación se ralentiza, la Luna se aleja en respuesta a estas modificaciones.
Eventualmente, la Luna alcanzará una órbita estable
en la que dejará de alejarse de la Tierra.
Aunque este cambio ocurrirá a una escala temporal
tan extensa que resulta difícil de concebir, podría tener implicaciones para
los ritmos biológicos de los seres vivos. Ya, en materia de especulaciones, repercutió
en las proyecciones astrales.
Las fases de la Luna han sido objeto de fascinación
y misticismo, y cada una de ellas está cargada de una energía única que puede
influir en nuestras vidas a través de una serie de rituales.
La Luna Nueva, Luna Creciente, Luna Llena y Luna
Menguante generan secuencias de actividades cuyo conocimiento es clave para
aprovechar al máximo su poder, sea para potenciar intenciones, atraer
abundancia o soltar lo que ya no sirve, según el sitio de MorelaEditorial.
Así, durante la luna nueva, el ritual se centra en
establecer intenciones claras para lo que se desea manifestar en cada vida.
Dedicar tiempo a la introspección, conectarse como uno mismo, y enfocarse en
los deseos internos.
La luna creciente es propicia para realizar un
ritual de protección al hogar. En un cuenco con carbones y hierbas, como salvia
blanca o ruda, purifican y renuevan la energía del espacio personal.
La luna llena es ideal para potenciar gemas y
piedras, dejando que se carguen bajo la luz lunar. Se aprovecha su energía de
transmutación para amplificar sus propiedades y conectar con el universo.
La luna menguante invita a enfocarse en la limpieza del
cuerpo físico y emocional. Se usa agua y sal para purificar y para liberar
emociones negativas como el estrés, los miedos o la envidia.
El distanciamiento de la Luna de la Tierra no solo
afecta su visibilidad futura, sino que también puede tener implicaciones para
nuestro planeta.
Aunque los efectos a corto plazo son mínimos, a
largo plazo podrían producirse cambios significativos en el entorno terrestre.
La desaceleración de la rotación terrestre afectará
gradualmente la duración del día.
Los ritmos circadianos humanos y de otras especies,
adaptados al ciclo de 24 horas, podrían necesitar ajustes si los días se
alargan a 25 horas.
Este martes 27 de agosto, la Luna, Júpiter y Marte
se alinearon en una inusual conjunción astronómica, formando un "triángulo
cósmico" que fue visible en diversas partes del mundo.
Este fenómeno ocurre cuando dos o más astros
aparecen cercanos entre sí en el firmamento, debido a sus posiciones relativas
con respecto a la Tierra, creando la ilusión de proximidad.
Desde el observatorio Astropatagonia (ubicado en
Ñirihuau), compartieron imágenes de este singular evento, donde la Luna se veía
formando un triángulo con los planetas vecinos del sistema solar.
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