Arde Bolivia

Nena Baltazar, fundadora del primer santuario animal de Bolivia, nos comparte su experiencia frente a la pérdida insustituible de la selva y de los animales que habitan en ella.

Bolivia y Brasil presentan un estado de emergencia debido a los múltiples incendios que han arrasado con millones de hectáreas en lo que va del 2024, alcanzando niveles de daño no vistos desde hace 14 años. Esta es la historia de conservación de flora y fauna que se vive en el primer santuario de la selva en Bolivia.

La principal problemática y por la que se han generado tantos focos incendiarios son las regulaciones legislativas del país; las normativas de propiedad de la tierra apelan al famoso lema “la tierra es de quien la trabaja”.

Cada propietario tiene prisa por hacer ver cuáles son sus fronteras y que en efecto está trabajando la tierra. Estas tierras se consideran como “trabajadas” cuando cumplen con las Leyes de Reforma Agraria de Bolivia, que principalmente buscan que la selva se rija a través de a una Función Económica Social (FES) la cual prioriza a la ganadería, la agricultura, el desarrollo inmobiliario, la extracción, la explotación y la venta de los recursos.

En 2010, 8 años después de haber comprado mil hectáreas, el Santuario de la Fauna Silvestre Ambue Ari, uno de los tres parques que actualmente tiene la fundación CIWY alrededor de Bolivia, fue amenazado por ganaderos y agricultores interesados en ocupar estas tierras. Ellos apelaban a las regulaciones del INRA  (Instituto Nacional de Reforma Agraria) para tomar posesión de ellas, alegando que la práctica de cuidar, liberar y proteger la selva y a sus especies no estaba considerada dentro de las políticas económicas.

Nena Baltazar aprovechó esta oportunidad para intentar replantear las leyes ante las autoridades que representaban al INRA en ese año, buscando crear una ley en la que se consideraran las actividades ecológicas y de preservación dentro de la FES. Eso fue suficiente para proteger el santuario, el INRA finalizó la disputa nombrando la tierra como “otorgada”, más no como “propiedad”

Entre 2013 y 2019 Bolivia aprobó un paquete de leyes incendiarias que permite  quemar 20 hectáreas de propiedad para “limpiar el terreno” y así poder trabajarlo;  hacer una limpia impecable y controlada requiere una gran práctica de manejo del fuego y mucho trabajo para delimitar hasta dónde puede llegar la quema, así que la mayoría de campesinos optan por prender el fuego sin importar hasta dónde llegue.

En lo que va del año, los incendios han arrasado más de 10 millones de hectáreas  de Bolivia, lo que representa un aproximado del 9% del área total del país.

Bolivia alberga entre el 45% y el 55% de la diversidad biológica del mundo. Durante el mes de septiembre, Ambue Ari recibió al menos 26 animales de las autoridades y de los bomberos. Entre ellos se encuentran:

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