Un grupo de arqueólogos descubren la iglesia más antigua del mundo cerca del monte Ararat
Un equipo de arqueólogos descubrió recientemente lo
que se considera una de las iglesias cristianas más antiguas del mundo,
arrojando nueva luz sobre los inicios del cristianismo en Armenia, el primer
país en adoptar esta religión como oficial. El hallazgo tuvo lugar en el sitio
arqueológico de Artaxata, en la llanura del Ararat, cerca del famoso Monasterio
de Khor Virap, y fue llevado a cabo por un grupo de expertos de la Universidad
de Münster en Alemania, en colaboración con la Academia Nacional de Ciencias de
Armenia.
Este importante descubrimiento se realizó en el
marco de una excavación que comenzó en 2018 en Artaxata, una ciudad antigua que
fue la capital del Reino de Armenia durante cerca de seis siglos. Según las
primeras investigaciones, la iglesia descubierta data del siglo IV d.C., un
periodo crucial en la historia del cristianismo, ya que es la época en la que
Armenia adoptó el cristianismo como religión estatal bajo el reinado de
Tiridates III, quien, según la tradición, fue convertido por San Gregorio el
Iluminador en el año 301 d.C.
El edificio encontrado es de estructura octagonal
con extensiones en forma de cruz, lo que lo tipifica como una iglesia cristiana
temprana, un tipo de construcción poco común en Armenia pero frecuente en la
región del Mediterráneo Oriental durante el mismo periodo. La iglesia tiene un
diámetro aproximado de 30 metros y su piso está compuesto por mortero y
baldosas de terracota. Según Achim Lichtenberger, profesor de la Universidad de
Münster y líder del equipo alemán, este hallazgo es “una evidencia sensacional
del cristianismo temprano en Armenia”, debido a la antigüedad y singularidad de
la estructura.
La iglesia, cuya estructura se encuentra
parcialmente excavada, ha sido estudiada mediante métodos geofísicos que han
permitido confirmar la presencia de plataformas de madera en las extensiones
cruzadas, datadas mediante carbono-14 en la mitad del siglo IV d.C. Este tipo
de detalles no solo permiten conocer la cronología del edificio, sino que
también revelan aspectos importantes sobre su uso y disposición original.
Uno de los aspectos más notables del hallazgo es la
presencia de fragmentos de mármol importado desde la cuenca del Mediterráneo,
lo que sugiere que la iglesia estaba decorada de manera suntuosa, algo poco
común en esa época y región. Los arqueólogos creen que esto podría estar
relacionado con la importancia del edificio en los primeros años del
cristianismo armenio. Además, el uso del mármol importado refleja la conexión
cultural y comercial de Armenia con otras regiones cristianas del Mediterráneo,
consolidando su papel como un nexo entre el Oriente y Occidente.
El descubrimiento de esta iglesia tiene un
significado especial en Armenia, país que ostenta el título de ser el primer
estado cristiano del mundo. Según la leyenda, fue en Artaxata donde Gregorio el
Iluminador convirtió al rey Tiridates III al cristianismo en el año 301 d.C.,
marcando el inicio de una profunda transformación cultural y religiosa en la
región. Este evento no solo consolidó la fe cristiana en el país, sino que
también situó a Armenia como un bastión del cristianismo en una época en la que
esta religión aún se encontraba en sus primeras fases de expansión.
El Monasterio de Khor Virap, que se encuentra a poca
distancia del sitio arqueológico, sigue siendo un símbolo de este legado
cristiano y es uno de los destinos de peregrinación más importantes de Armenia.
La cercanía de este monasterio con los restos de la iglesia recién descubierta
refuerza la idea de que Artaxata fue un centro clave para el desarrollo
temprano del cristianismo en la región.
La importancia de Artaxata
Además de su relevancia religiosa, Artaxata fue una
ciudad de gran importancia política y cultural. Fundada durante la dinastía
Artáxida en el siglo II a.C., la ciudad fue la capital del Reino de Armenia y
se desarrolló como una metrópolis en el periodo helenístico. Durante casi seis
siglos, Artaxata fue el corazón del poder armenio, tanto bajo los Artáxidas
como bajo la posterior dinastía Arsácida. La ciudad, cuyo nombre tiene raíces
iraníes que significan “la alegría de Arta” (donde “Arta” se refiere a la
verdad), también fue un importante centro comercial, conectado con otras grandes
urbes del mundo antiguo.
Las excavaciones en Artaxata han sido parte de un
proyecto más amplio que busca comprender mejor la historia helenística y
cristiana de la región. El proyecto arqueológico armenio-alemán, que comenzó en
2018, es financiado por la Fundación Alemana de Investigación (DFG) y la
Academia Nacional de Ciencias de Armenia, y tiene como objetivo desenterrar no
solo restos religiosos, sino también los cimientos de la antigua ciudad
helenística.
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