Alarma espacial: ordenan evacuar la Estación Espacial Internacional por riesgo de colapso

La Estación Espacial Internacional (EEI) se encuentra en un momento crítico tras una alerta de evacuación emitida a los siete astronautas a bordo debido a fallas estructurales detectadas en varios módulos. La NASA ha informado de múltiples grietas y fugas de aire, especialmente en el módulo ruso Zvezda, que han obligado al equipo a refugiarse temporalmente en la sección estadounidense de la estación.

El problema, que comenzó a ser visible en 2019, se ha agravado a pesar de las reparaciones previas, lo que ha llevado a NASA y Roscosmos, las principales agencias a cargo de la EEI, a tomar medidas extremas de seguridad y preparar planes de evacuación. La ESA, JAXA y otras agencias internacionales también colaboran en las operaciones, realizando caminatas espaciales para reparar y mantener los módulos, esenciales para la supervivencia de la estación hasta finales de la década de 2030.

La EEI enfrenta una amenaza constante por el impacto de micro meteoritos y residuos espaciales, conocidos como MMOD, que aumentan el riesgo de daños graves. Aunque los astronautas no están en peligro inmediato, la situación es crítica y las agencias están evaluando opciones para reducir las fugas y proteger la integridad de la estación.

En una medida preventiva, la NASA ha contratado a SpaceX, la empresa de Elon Musk, con una inversión de 843 millones de dólares, para desarrollar un vehículo que asegure la desorbitación segura de la EEI y permita una evacuación de emergencia de los astronautas estadounidenses. La compañía ya había firmado un acuerdo previo con la NASA en julio, con un presupuesto de 266,000 dólares, para establecer un protocolo de evacuación de emergencia.

Nick Pope, exfuncionario del gobierno británico, advirtió en una entrevista con MailOnline que retirar la EEI antes de tiempo podría perjudicar la reputación de la NASA, pero dejarla en órbita más tiempo podría ser fatal. “La estrategia de ‘esperar y ver’ de la agencia espacial podría tener consecuencias devastadoras, amenazando no solo la vida de los astronautas, sino también la credibilidad de la NASA”, expresó Pope.

La EEI, cuya construcción comenzó en 1998 y se completó en 2011, sigue siendo una de las instalaciones más avanzadas para la investigación espacial. La vida a bordo de la estación presenta desafíos únicos, desde el reciclaje de agua y aire hasta rutinas de ejercicio diario para evitar la pérdida muscular. Los astronautas también deben adaptarse a condiciones de microgravedad que requieren métodos inusuales, como dormir en bolsas adheridas a las paredes para evitar flotar.

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