Detectan un disco de polvo oculto en la Nebulosa del Anillo
Un equipo internacional ha observado con el telescopio espacial JWST una estructura de polvo que rodea a la estrella moribunda de la Nebulosa del Anillo, lo que podría revelar una fase desconocida en la evolución estelar
La Nebulosa del
Anillo, una de las nebulosas planetarias más emblemáticas del firmamento, ha
revelado un nuevo secreto gracias al Telescopio Espacial James Webb (JWST). Un
equipo internacional de astrónomos, liderado por Raghvendra Sahai del
Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, ha descubierto la presencia de
un disco de polvo alrededor de su estrella central, una estructura inesperada
que podría estar relacionada con una interacción binaria pasada. Los resultados
del estudio han sido publicados el 1 de abril en el servidor de preprints arXiv
Situada a unos 2,570
años luz de la Tierra en la constelación de Lyra, la Nebulosa del Anillo
(Messier 57) es una estructura de gas y polvo expulsada por una estrella en sus
últimas etapas de vida. El equipo científico utilizó los instrumentos NIRCam y
MIRI del JWST para observarla en longitudes de onda del infrarrojo cercano a
medio, obteniendo imágenes sin precedentes de su núcleo estelar
Los datos recogidos
mostraron una emisión infrarroja excesiva y extendida en longitudes de
onda superiores a 5.0 µm, especialmente en bandas de 7.7, 10 y 11.3 µm. Estas
señales permitieron identificar un disco compacto de polvo, de
aproximadamente 2,600 unidades astronómicas de tamaño, compuesto por
diminutos granos de silicato amorfo. La masa total del polvo se estima
en apenas 0.00000186 masas terrestres
La estrella central,
en transición hacia su fase de enana blanca, tiene una masa estimada de 0.61
masas solares, una temperatura de 135,000 grados Kelvin y una luminosidad
310 veces mayor que la del Sol. Además, se ha detectado una variabilidad
fotométrica significativa, lo que sugiere que podría existir una estrella
compañera cercana con una masa inferior a 0.1 masas solares. Esta interacción
binaria habría sido clave en la formación del disco de polvo, que podría ser un
remanente de una fase evolutiva anterior ya disipada
Las nebulosas
planetarias, aunque poco comunes, son esenciales para comprender la evolución
química de las estrellas y galaxias. La Nebulosa del Anillo, descubierta en
1779, representa un ejemplo clásico de este tipo de objetos. El hallazgo del
disco de polvo ofrece ahora una nueva perspectiva sobre las fases finales de
las estrellas como el Sol y plantea preguntas sobre el papel que podrían
desempeñar las estrellas compañeras en su transformación final
Este descubrimiento no
solo amplía el conocimiento sobre la Nebulosa del Anillo, sino que reafirma el
potencial del James Webb como herramienta para desentrañar los misterios más
ocultos del universo
Comentarios
Publicar un comentario