Hallan en Texas un fósil clave del colosal Alamosaurus
Estudiantes universitarios hallan en el Parque Nacional Big Bend una vértebra de este titán del Cretácico, en uno de los esqueletos mejor conservados de la especie
Un grupo de estudiantes
de la Universidad Sul Ross ha realizado un hallazgo paleontológico de gran
trascendencia en el Parque Nacional Big Bend, en Texas. Durante una
expedición de campo llevada a cabo en marzo con fines académicos y de
investigación geológica, los jóvenes lograron recuperar una vértebra fósil
del Alamosaurus, uno de los dinosaurios más colosales que habitaron América
del Norte al final del periodo Cretácico.
La expedición estuvo
dirigida por el profesor asistente Jesse Kelsch y el profesor
asociado Thomas Shiller, quienes acompañaron a los estudiantes en el
análisis de las estructuras geológicas y estratigráficas del terreno, con el
objetivo de identificar restos fósiles en un contexto científicamente
relevante. Según informó la universidad en un comunicado emitido el pasado 8 de
abril, la pieza hallada podría formar parte de uno de los esqueletos más
completos del área.
Un gigante de hace 69
millones de años
El Alamosaurus,
un saurópodo de cuello largo que pudo alcanzar más de 20 metros de longitud,
vivió en América del Norte hace aproximadamente 69 millones de años,
poco antes de la extinción masiva del Cretácico. Es considerado el animal
terrestre más grande que haya habitado el continente. Aunque se han
encontrado fósiles de este dinosaurio en Big Bend desde la década de 1970, la
mayoría se conservan en malas condiciones. En cambio, el ejemplar hallado
recientemente presenta un grado de preservación notable.
Los estudiantes ya
habían recuperado otras vértebras asociadas en campañas anteriores, y todo el
material está siendo actualmente analizado en el laboratorio de
paleontología de la universidad, lo que permitirá avanzar en el conocimiento
anatómico y evolutivo de esta especie.
Más allá del fósil: la
ciencia como motor educativo
Este hallazgo no solo
refuerza la relevancia de Big Bend como uno de los enclaves clave del Cretácico
tardío en América del Norte, sino que subraya el valor del trabajo de campo
universitario y la conexión entre educación, ciencia y conservación del
patrimonio natural. Los investigadores esperan que este y otros descubrimientos
futuros permitan reconstruir con mayor precisión el ecosistema que habitaban
los grandes saurios y el proceso de transformación geológica desde el
Cretácico hasta el Eoceno.
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