IBM sustituyó a 7.800 empleados por inteligencia artificial…

La automatización masiva no redujo el empleo: IBM reconoce que la IA no puede reemplazar el pensamiento crítico ni las habilidades humanas clave

En 2023, el gigante tecnológico IBM tomó una decisión que generó debate en todo el mundo: despidió a 7.800 empleados y detuvo nuevas contrataciones en varios departamentos operativos con el objetivo de automatizar tareas mediante inteligencia artificial (IA). Un año después, el resultado ha sido inesperado incluso para la propia compañía. Lejos de reducir su plantilla de manera sostenida, IBM ha tenido que contratar nuevo personal en áreas donde la inteligencia artificial no puede competir con el talento humano.

Automatizar no siempre implica recortar

En una reciente entrevista con The Wall Street Journal, el director ejecutivo de IBM, Arvind Krishna, reconoció que el despliegue de sistemas automatizados sí permitió optimizar procesos internos, pero esa liberación de recursos fue reinvertida en departamentos como ventas, marketing o desarrollo de software.

“Mientras hemos hecho un enorme esfuerzo para usar IA y automatización en ciertas operaciones de negocio, nuestra plantilla total ha aumentado porque eso nos permitió invertir más en otras áreas”, explicó Krishna.

La IA no puede sustituir la interacción humana

Las nuevas contrataciones se han centrado en roles donde el pensamiento crítico, la creatividad o la capacidad de adaptación son fundamentales. Son áreas, señaló Krishna, donde el contacto humano es indispensable y las máquinas aún no tienen la capacidad de replicar el juicio, la empatía o la interpretación contextual.

“Son áreas en las que el pensamiento crítico es clave, donde las personas deben competir o colaborar con otras, no simplemente seguir procesos aprendidos”, puntualizó el CEO de IBM.

Despedidos sin reconversión: el dilema ético

Pese a esta evolución, los miles de trabajadores despedidos en enero de 2023 no fueron reabsorbidos por la empresa. La estrategia de automatización, aunque efectiva en términos operativos, dejó en evidencia una falta de planificación sobre la reconversión laboral. ¿Qué ocurre con quienes pierden su empleo ante el avance de la IA si no existen mecanismos para reubicarlos?

Este vacío ha generado un debate global sobre el impacto social de la transformación digital. A diferencia de IBM, otras tecnológicas como Meta o Google, que también anunciaron recortes y planes de automatización, han sido más cautelosas en destacar que ciertas funciones —como la toma de decisiones complejas o la atención personalizada— seguirán siendo humanas por mucho tiempo.

Una conclusión clave: la IA no sustituye la inteligencia humana

El caso de IBM confirma que, por ahora, la inteligencia artificial es una herramienta poderosa para complementar el trabajo humano, pero no para reemplazarlo por completo. Expertos coinciden en que habilidades como el juicio moral, la empatía o la creatividad situacional siguen siendo insustituibles.

En un mercado laboral cada vez más exigente y cambiante, el mensaje es claro: quienes dominen nuevas tecnologías y, al mismo tiempo, desarrollen capacidades humanas esenciales, serán quienes lideren la nueva era digital. La automatización ya no es sinónimo de recorte, sino de transformación. Pero sin una estrategia inclusiva, ese cambio puede dejar a muchos atrás.

 

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