Trump pide a la NASA que se olvide de la Luna y se centre en Marte (… o cerrará la agencia espacial)

La administración republicana propone recortar 6.000 millones al presupuesto de la agencia espacial y eliminar el cohete SLS y la cápsula Orion tras la misión Artemis III

La administración de Donald Trump ha presentado una propuesta presupuestaria para 2026 que recorta en 6.000 millones de dólares el presupuesto de la NASA y plantea un giro radical en la política espacial de Estados Unidos. El plan contempla cancelar dos de los pilares del programa lunar Artemis —el cohete SLS y la cápsula Orion— tras su tercera misión prevista para 2027, en favor de alternativas más baratas desarrolladas por empresas privadas.

La propuesta supone un recorte del 24% sobre el presupuesto actual de la agencia, estimado en 24.800 millones de dólares, y podría poner en riesgo numerosos contratos ya adjudicados, así como compromisos internacionales con socios clave como la Agencia Espacial Europea (ESA), Canadá y Japón.

Del regreso a la Luna al salto hacia Marte

El programa Artemis fue impulsado originalmente por el propio Trump durante su primer mandato, con el objetivo de llevar de nuevo humanos a la superficie lunar antes de 2030, en respuesta al avance del programa espacial chino. Sin embargo, en este nuevo enfoque, el republicano redobla su apuesta por Marte, un objetivo largamente perseguido por el empresario Elon Musk, CEO de SpaceX y estrecho colaborador del expresidente.

“El presupuesto elimina gradualmente el cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) y la cápsula Orion después de tres vuelos”, indica el documento oficial. Según la propuesta, el coste de cada lanzamiento del SLS asciende a 4.000 millones de dólares, mientras que el desarrollo del sistema ya ha supuesto una inversión de 23.000 millones desde 2010, un 140% por encima del presupuesto original.

Alternativas comerciales para la conquista espacial

La estrategia de la administración republicana es sustituir el costoso sistema SLS-Orion por plataformas de lanzamiento privadas más asequibles, lo que permitiría financiar “misiones lunares más ambiciosas” a medio y largo plazo. Este giro implicaría también una revisión de los acuerdos actuales y el calendario previsto para las misiones Artemis posteriores a 2027.

Aunque el giro ha generado preocupación entre sectores científicos e institucionales, desde la administración Trump se argumenta que el nuevo plan busca “una exploración más eficiente y sostenible”, potenciando la colaboración con empresas como SpaceX y Blue Origin.

Una nueva era espacial entre la ciencia y el turismo

El debate se enmarca en un contexto de auge del sector privado en el espacio. Mientras la NASA y sus socios trabajan en misiones científicas, otras iniciativas se centran en el turismo espacial de lujo, con celebridades como Katy Perry interesadas en viajar más allá de la atmósfera terrestre. Sin embargo, algunos expertos, como la astronauta española Sara García, han defendido que debe priorizarse la investigación científica frente al espectáculo.

En cualquier caso, el futuro inmediato de la NASA y su hoja de ruta dependerán en gran medida del resultado electoral y del debate presupuestario en el Congreso estadounidense.

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