Una estrella explotará como nova por primera vez desde 1946 y será visible a simple vista
La T Coronae Borealis, conocida como la Estrella Resplandeciente, podría ofrecer un espectáculo único en 2025 al aumentar su brillo mil veces y hacerse visible desde la Tierra
Después del eclipse
solar total de 2024 y las sorprendentes auroras boreales observadas
recientemente, el cielo podría regalarnos en 2025 un nuevo fenómeno
extraordinario: la explosión de una estrella que no se ve a simple vista desde
1946. Se trata de la T Coronae Borealis (T CrB), también llamada la
Estrella Resplandeciente, una estrella que podría brillar hasta mil
veces más de lo habitual y ser observable a simple vista durante algunas
noches.
La NASA ha emitido
recomendaciones para los aficionados a la astronomía, animándolos a
familiarizarse con la zona del cielo donde aparecerá esta nova estelar.
Una nova
recurrente que explota cada 80 años
T CrB es una estrella
binaria situada a unos 3.000 años luz del sistema solar, dentro de la
constelación Corona Borealis ("la Corona del Norte"). Se trata
de una nova recurrente, una clase especial de estrella que experimenta
explosiones periódicas de brillo cada varias décadas. En el caso de T CrB, este
fenómeno ocurre aproximadamente cada 80 años: la última vez que brilló
intensamente fue en 1946.
Su brillo habitual es
tan débil que no puede verse a simple vista (magnitud +10), pero durante
la explosión se espera que alcance una magnitud +2, comparable al brillo de Polaris,
la estrella del Norte.
Aunque en un principio
los astrónomos preveían la explosión entre abril y septiembre de 2024,
basándose en un debilitamiento repentino de la estrella observado en 2023, este
evento no se produjo. Más tarde, se especuló con una nova en marzo de 2025,
pero tampoco se ha producido hasta el momento. Sin embargo, el fenómeno sigue
siendo inminente y podría ocurrir en cualquier momento durante el presente
año.
Cómo localizar
la Estrella Resplandeciente en el cielo
La constelación
Corona Borealis, donde se encuentra T CrB, forma un semicírculo de siete
estrellas y es visible al anochecer desde el hemisferio norte. Se sitúa entre
dos estrellas brillantes: Arcturus y Vega. Según Preston
Dyches, divulgador de la NASA, es recomendable practicar ya su localización en
cielos despejados para poder identificar fácilmente el punto exacto cuando la
nova se haga visible.
En mayo, la
constelación puede observarse al este durante la primera mitad de la noche,
lo que permite a los aficionados tener un punto de referencia claro cuando
estalle la nova.
¿Qué provoca
una nova?
T CrB es en realidad
un sistema estelar binario, compuesto por una enana blanca (una
estrella que ha agotado su combustible) y una gigante roja que expulsa
constantemente material. El hidrógeno liberado por la gigante roja se acumula
en la superficie de la enana blanca hasta alcanzar un punto crítico. Entonces
se produce una explosión termonuclear superficial que genera un aumento
súbito y espectacular del brillo estelar.
Este tipo de explosión
no destruye a la estrella: la enana blanca permanece intacta, por lo que el
fenómeno puede repetirse con el tiempo. Este ciclo es lo que da lugar a las
llamadas novas recurrentes.
Un espectáculo
celeste al alcance de todos
Cuando finalmente se
produzca la explosión, la nova será visible a simple vista durante varias
noches, un espectáculo infrecuente y apasionante para quienes aman mirar al
cielo. Será una oportunidad única para contemplar en directo un evento
astronómico cíclico, que no se repetía desde hace casi 80 años.
Los expertos
recomiendan seguir atentos a las alertas astronómicas y familiarizarse con la
constelación Corona Borealis para no perderse este extraordinario fenómeno
celeste.
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