Descubren una galaxia espiral completamente formada solo 1.500 millones de años después del Big Bang

Un equipo internacional de investigadores liderado desde la India ha identificado una galaxia espiral de gran tamaño y estructura definida en una etapa muy temprana del Universo, a unos 12.000 millones de años luz de distancia, gracias a observaciones del Telescopio Espacial James Webb. El hallazgo cuestiona algunos modelos actuales sobre la formación y evolución galáctica en los primeros momentos tras el Big Bang.

La galaxia, bautizada como Alaknanda, fue observada cuando el Universo tenía aproximadamente 1.500 millones de años. Se trata de una estructura masiva, con un diámetro estimado de unos 30.000 años luz, que presenta rasgos característicos de las galaxias espirales modernas: brazos bien definidos, disco estable y un núcleo brillante. Según los autores del estudio, estos elementos eran considerados extremadamente raros en épocas tan tempranas.

Los responsables de la investigación, Rashi Jain y Yogesh Wadadekar, señalan que el sistema parece haber acumulado alrededor de 10.000 millones de masas solares en estrellas en un periodo relativamente corto, lo que implica procesos de formación galáctica más rápidos y organizados de lo previsto. “Es sorprendente que una galaxia tan grande y con brazos espirales bien formados existiera solo 1.500 millones de años después del Big Bang”, destacó Wadadekar.

El estudio también describe una distribución de cúmulos estelares en los brazos espirales similar a la observada en galaxias cercanas actuales. Este patrón sugiere estabilidad dinámica y condiciones internas capaces de sostener la formación de estrellas sin desintegrar la estructura del disco, algo que contrasta con la idea de un Universo primitivo dominado por choques y fusiones caóticas.

Desde la puesta en marcha del James Webb, se han detectado varias galaxias más antiguas de lo esperado con niveles de organización superiores a los previstos, lo que ha abierto un debate en la comunidad científica. El hallazgo de Alaknanda refuerza la hipótesis de que la diversidad morfológica pudo aparecer antes de lo estimado.

El siguiente paso será realizar nuevas observaciones de seguimiento con el propio James Webb y con otros observatorios como ALMA, en Chile, para analizar con mayor precisión el gas, el polvo y la dinámica interna del sistema. Los científicos buscan confirmar si se trata de un caso excepcional o de un fenómeno más común de lo que se pensaba.

La luz observada corresponde a un momento muy temprano de la historia del Universo, lo que impide conocer la evolución posterior de esta galaxia. Aun así, los investigadores coinciden en que el hallazgo obliga a revisar algunos supuestos sobre los primeros mil millones de años cósmicos y a reconsiderar la rapidez con la que pudieron formarse estructuras complejas y estables.

 

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