Hallan un comportamiento nunca visto en el cometa interestelar 3I/ATLAS

Astrónomos han detectado por primera vez chorros oscilantes en la anticola del cometa interestelar 3I/ATLAS durante su salida del Sistema Solar, un fenómeno sin precedentes que ofrece nuevas claves sobre la física y composición de estos objetos procedentes de otras estrellas.

Astrónomos internacionales han observado por primera vez un fenómeno inédito en el cometa interestelar 3I/ATLAS, que presentó chorros oscilantes en su anticola durante su trayectoria de salida del Sistema Solar. Las observaciones, realizadas entre julio y septiembre de 2025, coincidiendo con su paso tras el perihelio, revelan una dinámica compleja que aporta información novedosa sobre este tipo de cuerpos celestes.

Durante este periodo, los científicos registraron estructuras que oscilaban con un periodo aproximado de 7 horas y 45 minutos, un comportamiento que no se había documentado anteriormente en cometas interestelares. El análisis detallado del fenómeno ha permitido además estimar que el núcleo del cometa rota cada 15 horas y 30 minutos, una cifra inferior a las estimaciones previas y que sugiere una actividad superficial más intensa de lo esperado.

Uno de los elementos más llamativos del hallazgo es la propia anticola del cometa, una característica óptica poco común que lo diferencia de las colas tradicionales orientadas en sentido contrario al Sol. En este caso, partículas de polvo más grandes permanecen en trayectorias orbitales que, desde la perspectiva terrestre, parecen apuntar hacia el Sol, generando una ilusión visual que invierte la dirección habitual. La alineación geométrica y la distribución del polvo resultan claves para la formación de esta estructura, que puede extenderse millones de kilómetros.

Las observaciones se realizaron mediante una campaña de seguimiento de 37 noches con el Telescopio Gemelo de Dos Metros del Observatorio del Teide (Tenerife). Las oscilaciones de los chorros se registraron de forma clara en siete noches concretas, principalmente en agosto de 2025. Las imágenes procesadas permitieron aislar el chorro estrecho procedente de la región iluminada del núcleo y diferenciarlo de la cola principal de polvo.

Los resultados preliminares, ya disponibles en repositorios científicos a la espera de revisión por pares, representan un avance significativo en el estudio de los cometas interestelares, al ofrecer nuevas referencias para compararlos con los cometas del Sistema Solar y mejorar los modelos sobre su estructura, rotación y comportamiento.

Para la comunidad científica, este descubrimiento abre una nueva línea de investigación sobre cómo interactúan estos objetos con la radiación solar, cómo expulsan material y cómo su rotación y actividad evolucionan a lo largo de su trayectoria. Una pieza más para comprender la diversidad y complejidad de los visitantes que llegan desde otros sistemas estelares.

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