Una inteligencia artificial encuentra la clave para controlar las turbulencias en los aviones
Un equipo de la Universitat Politècnica de València y la Universidad de Michigan ha creado un modelo de inteligencia artificial explicable que permite localizar las regiones más influyentes de un flujo turbulento, lo que abre la puerta a mejorar la seguridad aérea, reducir consumos energéticos y avanzar en procesos industriales. El estudio ha sido publicado en la revista científica Nature Communications.
La
turbulencia sigue siendo uno de los grandes problemas no resueltos de la física
por la enorme complejidad de las ecuaciones que la describen y las dificultades
tecnológicas para analizarla. Para dar respuesta a este reto, los investigadores
de la UPV, a través del Instituto de Matemática Pura y Aplicada (IUMPA), junto
con la Universidad de Michigan, han desarrollado un modelo de inteligencia
artificial capaz no solo de predecir la evolución del flujo turbulento, sino
también de señalar qué zonas concretas influyen de forma determinante en su
comportamiento.
Según explica
el investigador de la UPV Sergio Hoyas, una mejor descripción de la turbulencia
permitirá prever zonas peligrosas en vuelo, reducir riesgos
para los pasajeros y disminuir la resistencia aerodinámica, con un impacto
económico directo, además de mejorar procesos industriales y de combustión.
Para lograrlo, el equipo ha combinado simulaciones numéricas de alta precisión
con técnicas de inteligencia artificial explicable
(SHAP) que permiten interpretar los resultados, a diferencia de
los modelos tradicionales de “caja negra”.
El
investigador Andrés Cremades destaca que esta herramienta supone un avance
decisivo tras más de un siglo de intentos frustrados por las limitaciones
tecnológicas. Ahora, los científicos pueden identificar de forma precisa qué regiones del flujo deben modificarse para
reducir fricción, consumo energético o contaminación. Dado que se estima que
alrededor del 15 % de la energía mundial se pierde debido a efectos
relacionados con la turbulencia, el potencial impacto industrial y económico es
enorme.
La investigación también abre nuevas vías en el diseño de sistemas
más eficientes en sectores como la aeronáutica, la automoción o la energía
eólica, y puede aplicarse a otros problemas físicos en los que sea necesario
determinar qué factores resultan realmente decisivos. Como recuerdan los
investigadores, comprender plenamente la turbulencia es uno de los grandes
retos científicos pendientes y su resolución práctica se considera “el problema
del billón de dólares”.









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