Los rangeomorfos, uno de los primeros animales de la Tierra
Considerados unos de los primeros animales
del planeta, han desconcertado a los paleontólogos durante años, ya que no
parecían tener boca, órganos o medios para moverse
Hace unos 500 millones
de años, poco después de que comenzaran a aparecer en la Tierra los primeros
organismos grandes y complejos, unas extrañas criaturas con aspecto de helecho
y hasta dos metros de altura dominaban los fondos marinos.
Los rangeomorfos, considerados
unos de los primeros animales del planeta, han desconcertado a los
paleontólogos durante años, ya que no parecían tener boca, órganos o medios
para moverse. Se creía que sobrevivían absorbiendo los nutrientes del agua que
los rodea.
Rangeomorfos
Una nueva investigación
de las universidades de Cambridge y Oxford puede arrojar luz sobre el misterio.
Los científicos encontraron en cuarenta sitios fósiles diferentes de Terranova,
Canadá, unos filamentos fosilizados, algunos de hasta cuatro metros, que
conectaban en red a estos exitosos animales. Las redes, halladas en siete
especies, podrían haber sido utilizadas para nutrición, comunicación o
reproducción.
Dado que los
rangeomorfos no podían moverse y se conservan donde vivían, los investigadores
explican que es posible analizar poblaciones enteras a partir del registro
fósil.
«Estos organismos
parecen haber sido capaces de colonizar rápidamente el fondo del mar, y a
menudo vemos una especie dominante en estos lechos fósiles», afirma Alex Liu
del Departamento de Ciencias de la Tierra de Cambridge, y primer autor del
artículo que se publica en «Current Biology». «La forma en que esto ocurría ha
sido una pregunta de larga data: estos filamentos pueden explicar cómo pudieron
hacerlo», señala.
La mayoría de los
filamentos tenían entre dos y 40 centímetros de longitud, aunque algunos llegaban
hasta los cuatro metros. Sin embargo, dado que son tan delgados, los filamentos
solo son visibles en lugares donde la conservación de fósiles es
excepcionalmente buena, lo cual es una de las razones por las que no se
identificaron antes.
Los fósiles para este
estudio se encontraron en cinco sitios en el este de Newfoundland, una de las
fuentes más ricas del mundo de fósiles de ese período de la Tierra, el
Ediacárico.
Reproducción clonal
Es posible que los
filamentos se usaran como una forma de reproducción clonal, como las fresas
modernas, pero ya que los organismos en red eran del mismo tamaño, los
filamentos pueden tener otras funciones. Por ejemplo, pueden haber
proporcionado estabilidad contra fuertes corrientes oceánicas.
Otra posibilidad es que
permitieron a los organismos compartir nutrientes, una versión prehistórica de
la «red de madera» que se observa en los árboles de hoy en día. Sea como sea,
lo que parece indicar es que es necesario reconsiderar cómo vivían esos
organismos.
«Siempre hemos visto a
estos organismos como individuos, pero ahora hemos descubierto que varios
miembros de la misma especie pueden estar unidos por filamentos, como una red
social de la vida real», dice Liu.
«Es posible que ahora
necesitemos reevaluar estudios anteriores sobre cómo interactuaban estos
organismos, y particularmente cómo competían por el espacio y los recursos en
el fondo del océano. Lo más inesperado para mí es darme cuenta de que estas
cosas están conectadas. Las he estado mirando durante más de una década, y esto
ha sido una verdadera sorpresa», reconoce.
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