Un dinosaurio del tamaño de un colibrí resiste 99 millones de años en ámbar
La nueva especie puede ser el dinosaurio
del mesozoico más diminuto registrado hasta la fecha
Un equipo internacional
de investigadores ha descubierto en el norte de Myanmar una nueva especie de
dinosaurio del tamaño y aspecto de un colibrí a partir de un cráneo atrapado en
ámbar hace 99 millones de años.
El cráneo, bien conservado, mide solo 7,1 mm de
longitud, lo que indica que el ejemplar tenía un tamaño similar al del colibrí
abeja, el ave viva más pequeña del mundo, que pesa apenas 2 gramos. La nueva
especie puede ser el dinosaurio del mesozoico más diminuto registrado hasta la
fecha.
Oculudentavis, como ha
sido bautizado, ha sido estudiado con sincotrón de alta resolución. Su nombre
refleja sus llamativas características. El cráneo, que muestra un patrón único
de fusión entre diferentes elementos óseos, está dominado por una cuenca ocular
grande similar al ojo de un lagarto. La cuenca del ojo tiene una abertura
estrecha y solo deja entrar una pequeña cantidad de luz, lo que indica que el
dinosaurio tenía hábitos diurnos. Además, sus mandíbulas contienen una gran
cantidad de dientes afilados. Cada una de ellas habría albergado unas treinta
piezas en total, lo que sugiere que Oculudentavis, pese a ser una miniatura,
era un depredador. Probablemente, se alimentaba de pequeños artrópodos o
invertebrados, a diferencia de las aves modernas de tamaño similar, que no
tienen dientes y toman néctar como sustento.
El ave más antigua
«La preservación en
ámbar de los vertebrados es rara y este hallazgo nos proporciona una ventana al
mundo de los dinosaurios en el extremo más bajo del espectro del tamaño del cuerpo»,
dice en un comunicado Lars Schmitz, profesor de biología en el departamento de
Ciencias WM Keck en California. «Sus características anatómicas únicas apuntan
a una de las aves más pequeñas y antiguas jamás encontradas», subraya.
Este espécimen inusual
arroja luz sobre la evolución de las primeras aves. Como explica Roger Benson,
de la Universidad de Oxford, en un artículo que acompaña al estudio en la
revista «Nature», el nuevo hallazgo ilustra cómo algunas de esas primeras aves
evolucionaron de los dinosaurios para convertirse en miniaturas antes de lo que
se creía. El tamaño de Oculudentavis es un sexto el del fósil de ave temprana
más pequeño conocido. «Esto indica que, solo poco después de sus orígenes al
final del período Jurásico (hace entre 201 y 145 millones de años), las aves ya
habían alcanzado su tamaño corporal mínimo. Por el contrario, los dinosaurios
más pequeños pesaban cientos de veces más. Comprender cuándo, cómo y por qué
los limites inferiores del tamaño del cuerpo cambiaron de esta manera requiere
un mayor conocimiento de las primeras aves fósiles y Oculudentavis es un
trampolín para esto», estima el investigador.
La preservación del
ejemplar también indica cómo el ámbar birmano es capaz de brindar información
sin precedentes sobre los tejidos blandos y la anatomía esquelética de animales
pequeños que no se conservan bien en otros sedimentos como el barro o la arena
debido a su naturaleza frágil. Vertebrados delicados, como lagartos y pájaros,
han sido encontrados en el ámbar formado a partir de la resina de las
coníferas. Como dice Benson, «el potencial para el descubrimiento continuo
sigue siendo grande, especialmente para animales de tamaños diminutos».
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