Hallaron un “eslabón perdido” de 700.000 años de antigüedad en la evolución de los perezosos gigantes
Se trata de un megamamífero de cuatro
metros y cuatro toneladas cuyos restos se han encontrado en Argentina
Hay quienes aseguran que
ya se han realizado viajes en el tiempo y buscan parecidos a Nicolas Cage y
Keanu Reeves en pinturas del siglo XVI como prueba de ello. Pero jamás hubieran
imaginado tanto: el hallazgo en San Pedro (Argentina) de un perezoso gigante de
700 mil años de antigüedad que se asemeja a un linaje que vivió hace 3 millones
de años.
El director del Museo de
San Pedro José Luis Aguilar manifestó a la Agencia CTyS-UNLaM que “desde hace
dos años, venimos encontrando restos de un perezoso gigante bastante
misterioso; es un animal que reúne características bastante particulares”.
Este megamamífero de
cuatro metros y cuatro toneladas (4x4), en verdad, no era un todo terreno,
puesto que solo estaba adaptado a la llanura pampeana. Y, ciertamente, por más
llamativa que sea su semejanza con un linaje de megaterios millones de años más
antiguo, también parecería conveniente descartar que se trate de un viajero del
tiempo.
“Vemos que este animal, que apareció en capas
sedimentales de unos 700 mil años, comparte características con el género
Pyramiodontherium que habitó durante el Plioceno, hace unos tres millones de
años, pero también posee ciertas características de megaterio, que es un género
que habitó durante el Lujanense, hace unos 140 mil años”, describió Aguilar.
Respecto a estas
semejanzas con especímenes de otras instancias temporales, el investigador
Luciano Brambilla del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad
de Rosario (CEI-UNR) explicó: “Es posible que estemos ante el descubrimiento de
una especie de ‘eslabón perdido’ en la línea evolutiva de los Megateridos,
grupo al que pertenecieron estos grandes animales”
Se sabe que los
Piramiodonterios -animal con dientes en forma de pirámide- fueron un género de
grandes mamíferos que habitaron la prehistoria de nuestro país hasta fines del
Plioceno, momento en el que desaparecen del registro fósil. Hay restos en
Jujuy, Catamarca, La Rioja, Chubut y Entre Ríos.
Posiblemente, de estos
grandes perezosos provenga otro de los más corpulentos animales que conoció la
región pampeana: el Megaterio (Megatherium o “bestia gigante”) del que se
conocen las especies Megatherium gallardoi y Megatherium americanum; la primera
más antigua que la segunda.
“Los fémures de los dos ejemplares hallados en
San Pedro nos cuentan de la existencia de un animal que vivió en un período de
tiempo del que sabemos bastante poco sobre la evolución de estos grandes
perezosos”, indicó Brambilla. Y agregó: “Es un animal que parece haber vivido
cercanamente en el tiempo con el Megaterio, pero cuyas características son más
parecidas al Piramiodonterio que habitó hace tres millones de años”.
Una vez que se concluya
el estudio de estos dos ejemplares hallados, es posible que se determine que
este “eslabón perdido” representa una nueva especie dentro de la familia de los
perezosos gigantes que habitó América del Sur hasta hace unos 10 mil años.
Ambos especímenes están
representados por sus fémures izquierdos. “Son piezas de gran tamaño que
estaban preparadas para soportar la gran masa corporal de estos animales”,
observó Aguilar.
En 2018, el equipo del
Museo Paleontológico de San Pedro había encontrado el primero de los fémures.
Y, en enero de 2020, en la misma cantera y en el mismo sedimento, conformado
por el barro consolidado de un antiguo pantano, apareció el fémur de un segundo
ejemplar del mismo género.
El fósil fue hallado por
Norberto y Gustavo Iglesias, propietarios del lugar, junto al joven Fausto
Capre, maquinista de la empresa tosquera San Pedro, quienes dieron aviso al
Museo de dicha ciudad para su recuperación y acondicionamiento.
Julio Simonini, miembro
del grupo conservacionista del Museo Paleontológico de San Pedro, relató que
“para extraer a este perezoso gigante, hubo que hacer un enyesado previo, para
poder levantarlo con una máquina retroexcavadora; posteriormente, se lo llevó
al Museo y se iniciaron las tareas de limpieza”.
“Desde que, en 2018, hallamos el primer fémur
de este enigmático animal, iniciamos esta especie de cacería prehistórica y
venimos siguiendo de cerca los restos fósiles que vamos recuperando en ese
antiguo ecosistema de pantano o humedal, ya que podríamos estar ante una
especie desconocida y, a la vez, asombrosa”, indicó el director Aguilar a la Agencia
CTyS-UNLaM.
“Tanto por el tamaño de
este animal como por su importancia en la reconstrucción de la línea evolutiva
de los grandes perezosos, es importante continuar la búsqueda de nuevas piezas
que nos vayan dando información del aspecto general de un animal que, por
ahora, parece ocultarse en la niebla de los tiempos”, aseveró. (Fuente: Agencia
CTyS-UNLaM)
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