Los trilobites se unían para protegerse mientras mudaban su coraza hace 520 millones de años
Las habilidades sociales
son atributos bien conocidos en insectos como las hormigas y las abejas, que
viven en numerosas colonias donde desempeñan diferentes tareas y roles para
poder sobrevivir.
Ahora, investigadores de
la Universidad de los Andes creen haber encontrado el germen de este tipo de
comportamientos en los trilobites, un género de artrópodos (grupo al que
pertenecen los insectos) extinto hace 520 millones de años.
Los artrópodos (palabra
de origen griego que significa ‘con patas articuladas’) son invertebrados, igual
que otros animales como las arañas, crustáceos y ciempiés de la actualidad, y
fueron de los primeros organismos en poblar los mares de la Tierra en el
período cámbrico, entre 540 y 480 millones de años atrás.
Gran parte del éxito
evolutivo de los artrópodos, que los ha llevado a seguir habitando el planeta
Tierra y a sobrevivir a varias extinciones masivas, se debe no solo a que
fueron los primeros animales en tener ojos, que les servían para conocer su
entorno, sino también a que desarrollaron una coraza externa que los protegía
de los depredadores y de las inclemencias del tiempo.
Es precisamente un
hábito relacionado con esta coraza lo que llevó a Alejandro Corrales,
estudiante de pregrado, y a Jorge Esteve, profesor del Departamento de
Geociencias de la Universidad de los Andes, a plantear que los trilobites se
reunían en grupos cuando llegaba el momento de la muda o cambio de este
caparazón.
Los investigadores
estudiaron los registros fósiles de trilobites de la especie Protoryctocephalus
arcticus en el yacimiento de Balang, en el sur de China, un lugar
extraordinario para los estudios paleontológicos por la cantidad de ejemplares
bien preservados que hay de trilobites. Allí no hay decenas, sino centenares de
fósiles trilobites en unos pocos metros cuadrados.
Tal acumulación llamó la
atención de Corrales y Esteve, quienes se dieron a la tarea de descifrar las
razones por las cuales se acumularon tantos animales en el mismo lugar. Para
este par de investigadores, la razón radica en la necesidad de cuidarse
mutuamente durante la muda de la coraza, proceso conocido como ecdisis y que
también llevan a cabo artrópodos actuales.
“La coraza de estos
animales era muy importante para protegerlos, pero tenerla implicaba un costo
evolutivo alto: a medida que el animal iba creciendo, esta se iba quedando
pequeña, por lo que para tener una coraza nueva más grande los trilobites
debían deshacerse de la vieja, quedando desprotegidos por el tiempo que duraba
la muda. Tiempo que, además, se prolongaba mientras la nueva coraza se
endurecía”, asegura Esteve, Ph. D. en paleontología de la Universidad de
Zaragoza, en España.
“Lo que hace diferente a
este yacimiento, descubierto en los años 80 por el profesor Zhao Yuan-Long, es
la cantidad de ejemplares que se encuentran juntos. Normalmente, aunque
abundantes, los fósiles de trilobites están diseminados dentro de la roca, uno
aquí, otro un poco más allá. Pero en Balang la concentración es altísima, con
hasta 800 de estos trilobites en unos pocos centímetros cuadrados”, afirma
Esteve.
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