Pronosticar el futuro del calentamiento global basándose en otro de hace millones de años
Hace entre 57 y 55 millones de años, la época geológica conocida como el Paleoceno terminó y dio paso al Eoceno. En aquellos tiempos, la atmósfera de la Tierra contenía mucho dióxido de carbono.
La
concentración de este gas con efecto invernadero alcanzó de 1.400 ppm (partes
por millón) a 4.000 ppm. Así que no es difícil imaginar que las temperaturas en
la Tierra debían ser similares a las de una sauna. Durante aquel calentamiento
global, el hielo de los casquetes polares desapareció por completo. El calor
iba acompañado de una notable humedad.
El clima de esa época provocado por aquel en aquel
calentamiento global proporciona a los investigadores una indicación de cómo
podría evolucionar el actual calentamiento global. La concentración de dióxido
de carbono (CO2) atmosférico poco antes de comenzar la Revolución Industrial
era de 280 ppm, mientras que hoy ya es de 412 ppm. Los expertos del clima creen
que las emisiones de dióxido de carbono generadas por la actividad humana
podrían elevar esta cifra hasta 1.000 ppm a finales de este siglo.
Guiándose por la presencia y características de un
mineral conocido como siderita en muestras tomadas de antiguos pantanos, el
equipo internacional de Joep van Dijk, del Instituto Federal Suizo de
Tecnología en Zurich (ETH), ha reconstruido el clima, impuesto por aquel
antiguo calentamiento global, que era típico entre finales del Paleoceno y
principios del Eoceno.
Hace entre 57 y 55 millones de años, la temperatura
media anual del aire en el ecuador, concretamente donde se encuentra Colombia
hoy en día, era de unos 41 grados centígrados. En la Siberia Ártica, la
temperatura media en verano era de 23 grados centígrados. Los efectos de aquel
calentamiento global sobre las temperaturas eran notables.
La reconstrucción muestra que una atmósfera caliente
también posee altos niveles de humedad. Usando la siderita a modo de
higrómetro, los investigadores demostraron que el contenido de humedad global
en la atmósfera, o más concretamente la humedad específica, era mucho más
grande entre el Paleoceno y el Eoceno de lo que es hoy en día. Además, el vapor
de agua permanecía en el aire durante más tiempo porque la humedad específica
aumentó a un ritmo mayor que el de la evaporación y el de la precipitación.
Sin embargo, el aumento de la humedad específica no
fue el mismo en todas partes del mundo. Los trópicos y las latitudes más altas
debieron tener niveles de humedad muy altos.
Hay que tener en cuenta, tal como señala Van Dijk,
que si bien el contenido de dióxido de carbono en la atmósfera era mucho más
grande en aquel entonces que en la actualidad, el aumento hasta esa cantidad
tuvo lugar a lo largo de millones de años, mientras que ahora el aumento está
siendo muchísimo más rápido. Los humanos hemos duplicado con creces el nivel de
dióxido de carbono atmosférico en un período de tan solo 200 años, desde el
comienzo de la era industrial. En el pasado, los animales y las plantas tenían
mucho más tiempo para adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes
impuestas por aquel calentamiento global y otras transformaciones climáticas
globales. Ahora, les resultará muchísimo más difícil seguir el rápido ritmo de
cambio actual.
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