Revelan las huellas más antiguas de Bolivia
Las pisadas habían sido adjudicadas a dinosaurios del Cretácico, pero un estudio reciente mostró que en realidad corresponden a animales de gran tamaño del Triásico Medio
A comienzos de 2011, los científicos del CONICET de Argentina Sebastián Apesteguía y Pablo Gallina revelaron, en la revista Academia Brasileira de Ciências, el hallazgo de centenares de huellas de animales de gran tamaño en la localidad boliviana de Tunasniyoj, ubicada en el Departamento de Chuquisaca.
Debido al tamaño de las pisadas y a que el
yacimiento en el que fueron descubiertas estaba datado como de comienzos del
período Cretácico (hace unos 145 millones de años), se dedujo que debían
corresponder a dinosaurios y más precisamente -dado que por su forma no podían
ser ni de terópodos ni de sauropodomorfos- a ornitisquios.
No obstante, estudios geológicos posteriores,
realizados sobre un gran cuerpo de lava que asoma en la localidad de Uyuni del
Pilcomayo, determinaron que el sitio debía corresponder al el Triásico Medio
(unos 235 millones de años atrás), es decir, que era mucho más antiguo que lo
que se había creído. Esto puso de relieve también que las grandes huellas de
Tunasniyoj no podían ser de dinosaurios, ya que para ese momento -lejos de los
tamaños gigantes que llegarían a alcanzar tiempo después-, estos animales, recién
asomados al mundo y que pronto dominarían todos los ecosistemas, eran pequeños
y huidizos, aunque ágiles.
Frente a este cambio de la situación, Sebastián
Apesteguía decidió volver a lugar junto con un numeroso equipo de geólogos o
icnólogos, la mayoría del CONICET, con el objetivo de verificar la datación del
sitio, reinterpretar las huellas y poder determinar el ambiente en el que
fueron producidas.
“En esta
nueva expedición, todos los especialistas coincidieron en que las huellas no
fueron hechas por dinosaurios, sino por animales de gran tamaño que los
precedieron. Por otro lado, se pudo confirmar que el ambiente en el que fueron
producidas era desértico, lo cual coincide con el hecho de que la zona en la
que fueron encontradas para el Triásico Medio formaba parte del desierto
central de Pangea, el continente único”, explica Apesteguía, cuyo lugar de
trabajo es la Fundación de Historia Natural Félix de Azara.
Aunque no se pudo establecer de modo inequívoco a
qué especie o género animal corresponden las pisadas, a partir de su forma, los
icnólogos precisaron que se trata de un tipo de huellas conocidas como
braquiquiroterias, pertenecientes a animales de gran tamaño que dominaron los
ecosistemas antes de que lo hicieran los dinosaurios.
“A partir de
comparar las huellas con las manos y pies de esqueletos conocidos, dedujimos
dos posibles alternativas con relación al origen animal de las
braquiquiroterias encontradas en Tunasniyoj y en la vecina localidad de
Ruditayoj: los rauisuquios, parientes de los cocodrilos y los más grandes
predadores de su época, y los aetosaurios, un linaje de acorazados herbívoros
que también habitaron los ecosistemas del Triásico. Ambos grupos comprenden
varias especies de animales que varían entre los tres y siete metros de largo”,
afirma el investigador.
Aunque en general el patrón de huellas que suelen
dejar carnívoros y herbívoros no es similar entre sí (en el caso de los
dinosaurios no sería posible confundirlas), para los investigadores hay razones
que en ambos casos podrían explicar la gran cantidad de pisadas que fueron
halladas en el yacimiento boliviano.
“Los
herbívoros suelen moverse en grupo, por lo que parece posible que al pasar por
una determinada zona dejen una importante cantidad de pisadas. Por otro lado,
aunque los predadores son menos en cantidad, suelen caminar mucho para buscar a
sus presas o dejar su olor para advertir de su presencia otros carnívoros.
Entonces los centenares de huellas que hallamos, también podrían ser marcas del
intenso patrullaje de animales carnívoros” afirma Apesteguía.
Ahora se sabe que muy pocas huellas encontradas en
Tunasniyoj y Ruditayoj son asignables a dinosaurios, aunque hay algunas pisadas
de tres dedos y propias de especies bípedas que podrían serlo. “En 2010, cuando
visitamos el yacimiento por primera vez, con la idea de que era un sitio del
Cretácico, para nosotros estas pisadas eran claramente de dinosaurios, ahora
pensamos que es probable pero que también podrían ser del algún animal
distinto”, concluye el investigador.
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